El ciclamen alpino, también conocido como ciclamen persicum, es una planta de interior popular con flores extremadamente decorativas que deleitan con su belleza durante los grises días de invierno. Sin embargo, para disfrutar de la exuberante floración del ciclamen durante el mayor tiempo posible, es necesario cuidar adecuadamente de él. Qué hacer para que el ciclamen persa florezca más de una vez? ¡Ten cuidado de no cometer estos errores comunes!
Cultivo de ciclamen alpino: principios clave
El ciclamen alpino es especialmente atractivo en invierno. Sus flores tienen una forma característica de mariposa y producen pétalos curvados en colores blanco, azul, violeta, rosa o rojo. Sin embargo, es importante recordar que los ciclámenes alpinos son plantas ornamentales exigentes. Si queremos disfrutar de sus flores durante mucho tiempo, debemos cuidar de ellas adecuadamente. Conoce los principios clave para cultivar ciclamen alpino.
Ubicación para el ciclamen alpino
Comencemos por el hecho de que el ciclamen alpino prefiere lugares semi sombreados. Esto es especialmente importante en verano, cuando los rayos del sol pueden quemar las hojas y las flores. Por lo tanto, es mejor colocarlo en un alféizar orientado al norte. La temperatura óptima para el cultivo del ciclamen persa es de 10-15 °C. El ciclamen alpino también es intolerante a las corrientes de aire, por lo que debemos encontrar un lugar donde no esté expuesto a ellas.
¿Qué tipo de suelo necesita el ciclamen alpino?
La planta no necesita una maceta grande porque no desarrolla raíces largas y extensas. Se puede plantar en tierra de jardín normal o en tierra para plantas con flores, ya que no es exigente en este sentido. Sin embargo, es importante que el suelo esté siempre ligeramente húmedo pero no excesivamente empapado. Además, la maceta debe tener agujeros de drenaje para permitir el exceso de agua que se escurra.
Errores más comunes en el cultivo del ciclamen alpino
Uno de los mayores errores al cuidar el ciclamen alpino es colocarlo en habitaciones donde la temperatura supere los 15 °C. La planta no tolera lugares demasiado cálidos, especialmente alféizares cerca de los radiadores. Desafortunadamente, en tales condiciones, el ciclamen persa se marchita y se debilita rápidamente.
Otro error de cuidado es mojar las flores y las hojas al regar la planta. Como resultado, el ciclamen alpino puede enfermarse. Tampoco se debe permitir que el ciclamen se encharque, ya que esto puede provocar la pudrición de las hojas y los tallos florales.
¿Qué hacer para que el ciclamen alpino florezca de nuevo?
El ciclamen alpino florece de octubre a marzo. Sin embargo, resulta que su floración se puede prolongar. ¿Cómo lograrlo? Basta con recordar eliminar los tallos de las flores marchitas con regularidad, donde se han formado las semillas. Para ello, debemos retorcerlos con un movimiento firme y decidido en la base, lo más cerca posible del bulbo, para no dejar ningún fragmento. Esto es muy importante porque los restos dejarán pudrirse y causarán la marchitez de toda la planta. Al hacer esto, también debemos tener cuidado de no arrancar por error un tallo con un brote floral.
¿Cómo regar el ciclamen alpino? Recuerda este importante principio
El cuidado del ciclamen alpino puede ser difícil, especialmente en cuanto al riego adecuado. La planta debe regarse moderadamente, evitando inundar el bulbo. Basta con hacerlo una vez por semana como máximo. Para regar el ciclamen alpino, es recomendable usar agua tibia y reposada. No es necesario utilizar agua de lluvia o destilada, puede ser agua del grifo, siempre que esté reposada.
También es importante la forma de regar. Lo mejor es verter el agua no directamente en la maceta, sino en el platillo. De esta manera, la planta absorberá la cantidad adecuada de agua por sí misma. Después de 30 minutos, es necesario retirar el exceso de agua del platillo para evitar que el suelo esté demasiado húmedo. Recuerda no regar las plantas “desde arriba”, ya que esto puede provocar procesos de pudrición.