Descubre el secreto para cultivar tus propios árboles frutales a partir de pequeños cortes. ¡Aprende cómo dar vida a tu propio huerto con solo unos simples pasos!

Tu frutal produce la fruta más deliciosa, y te gusta tanto que quieres duplicar sus características y producir una fruta idéntica. Plantar las semillas del fruto no producirá lo que deseas. Las semillas son todas diferentes, y rara vez contendrá todas las características del árbol que te gusta. La mejor forma de reproducir un árbol frutal específico es tomar esquejes para crear un clon. En este artículo veremos cómo propagar árboles frutales a partir de esquejes.

Momento de realizar los esquejes de frutales

Si prefieres propagar frutales a partir de esquejes de madera semidura, los de la parte más madura de una rama, hazlo a principios de verano. Comprueba que el verde de la rama se está oscureciendo y ha empezado a crear una piel de corteza.

Si se toman esquejes de madera blanda, la mejor época del año para hacerlo es la primavera, cuando las ramas nuevas están verdes y las flores aún están latentes.

Cómo propagar frutales a partir de esquejes

Toma esquejes de árboles frutales de las partes de madera semidura o blanda de una rama (dependiendo en que época lo hagas). Asegúrate de que sean lo suficientemente grandes como para que tengan 3-4 yemas vivas. Generalmente suele medir entre 15 y 20 cm, lo ideal es que no sean más grandes que el ancho de un lápiz.

Quítale las hojas para evitar que pierda energía en ellas y comience a generar raíces. Luego aplica una hormona de enraizamiento en la herida del corte para ayudar a estimular y acelerar el proceso de enraizamiento. Aunque no es obligatorio poner hormona de enraizamiento ayudará mucho, lee:

A continuación, entierra el esqueje a unos 5 cm de profundidad, debes utilizar un medio de cultivo estéril para evitar que se pudra. Se recomiendan una mezcla de arena gruesa comercial, no de playa (la sal de playa es perjudicial para el esqueje), perlita y/o vermiculita, y musgo de turba. Estos materiales, fáciles de conseguir en cualquier centro de jardinería, pueden utilizarse juntos o por separado. Asegúrate de que la textura del sustrato sea ligera y absorbente.

Una vez plantado el esqueje, reafirma la tierra, riega hasta que el agua salga por los agujeros de drenaje y cubre todo con una bolsa de plástico transparente con algunos agujeros que sirva de invernadero.

También se puede utilizar un tarro trasparente boca abajo o una botella de plástico. Aquí el objetivo no es sólo mantener una humedad elevada, sino también una ventilación adecuada. Levantar o abrir la tapa una vez al día ayudará a reducir el moho y las enfermedades.

Coloca la maceta con luz indirecta y a una temperatura de más de 20 grados C, esto hará que las raíces aparezcan más rápidamente. Las raíces deberían aparecer en varios meses.

Cuando aparecen las raíces

Cuando veas que los esquejes comienzan a producir hojas nuevas quiere decir que han desarrollado un buen sistema radicular y están listos para ser trasplantados, de todas maneras, lo mejor es cultivarlos durante un año en misma maceta para que se fortalezcan.

Puedes realizar el trasplante en la siguiente primavera, ya sea en el suelo del jardín o en una maceta de mayor tamaño, una de 20 o más litros es perfecta para árboles frutales.

Los esquejes no se convierten automáticamente en frondosos árboles frutales. El enraizamiento es la primera señal de éxito, y las hojas nuevas son otra.

Sin embargo, los frutos tardan hasta tres años en aparecer. Además, el éxito es un juego de números. Si plantas cinco esquejes, puede que produzcas un árbol frutal.

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