Consejos para cultivar Albahaca en Maceta

La albahaca es un elemento básico en la cocina y una gran manera de añadir sabor a muchos platos. Aquí hay seis consejos para cultivar albahaca en maceta para que esta sabrosa hierba esté siempre al alcance de la mano.

Introducción

Obtener hierbas frescas directamente del jardín es una forma segura de llevar tu cocina al siguiente nivel, sin importar lo hábil que seas (o no) en la cocina. Pero comprar hierbas frescas en la tienda es mucho menos asequible que conformarse con la forma seca menos indulgente.

Por suerte, cultivar albahaca, es más sencillo de lo que crees. Y si cultivas este alimento básico italiano en una maceta, puedes tenerlo al alcance de la mano en el alféizar de una ventana soleada de la cocina o en la puerta trasera.

Pasos para cultivar albahaca en macetas

La mayoría de las hierbas crecen bien en macetas, pero todas tienen sus propias preferencias y condiciones especiales que deben cumplirse si quieres una cosecha abundante.

Aquí tienes seis consejos que te ayudarán a cultivar albahaca en maceta para que siga produciendo durante todo el verano (y durante todo el año si la cultivas en interior).

1. Elige la maceta adecuada

La albahaca no necesita mucho espacio para las raíces, siempre y cuando la tierra se mantenga constantemente húmeda.

Las macetas pequeñas son perfectas para colocarlas en el alféizar de la ventana en el interior, mientras que las macetas más grandes son ideales para el exterior, ya que mantienen la humedad durante más tiempo.

Sea cual sea la maceta que elijas, asegúrate de que drena fácilmente y de que deja mucho espacio entre las plantas.

Las macetas pequeñas sólo pueden soportar una sola planta. En macetas más grandes, intenta dejar al menos 15 centímetros de espacio entre las plantas para que haya una buena circulación de aire.

2. Compra la tierra adecuada

Independientemente del tamaño de la maceta que elijas, deberás asegurarte de que tienes una tierra de buena calidad para macetas que no se encharque ni se seque demasiado rápido.

A la albahaca le gusta la humedad constante, pero tendrá problemas con la tierra demasiado húmeda o demasiado seca.

Una tierra orgánica para macetas (no una tierra de jardín estándar) es la que mejor funciona en las macetas. Y, como estos productos ya están llenos de nutrientes, no tendrás que preocuparte de fertilizar mucho mientras tu albahaca crece.

3. Encuentra el mejor lugar

A la albahaca le encanta el calor y el sol. Seis horas de sol al día es el mínimo recomendado. Un lugar soleado en el patio durante el final de la primavera y el verano es perfecto.

Si piensas mantener tu maceta en el interior, asegúrate de colocarla en una ventana soleada. Si ves que tu albahaca no crece bien o empieza a crecer fina y larga, es posible que tengas que proporcionarle luz suplementaria, o transportar tu planta al exterior en los días cálidos.

4. Germinar o enraizar

La albahaca es fácil de cultivar a partir de semillas e incluso las semillas de hierbas orgánicas suelen ser baratas de comprar.

Como de todos modos vas a cultivar tu albahaca en una maceta, lo más fácil es sembrar directamente en el recipiente.

Planta siempre unas cuantas más de las que crees que vas a necesitar y aclara las plántulas una vez que hayan alcanzado un centímetro de altura.

Las semillas de albahaca necesitan luz solar para germinar, así que asegúrate de cubrirlas sólo con un centímetro de tierra.

Procura mantener la tierra siempre húmeda para que germinen rápido, una vez que la planta tiene al menos 10 cm de altura es cuando puedes trasplantarla a una maceta mas grande.

La albahaca también se puede cultivar a partir de esquejes, incluidos los de los ramos frescos que compras en el supermercado.

Sólo tienes que guardar los cinco centímetros inferiores del tallo de tu ramo de albahaca y meterlos en agua. Cuando las raíces empiecen a desarrollarse, trasplántalas a tu maceta y mantén la tierra muy húmeda durante unos días.

Una vez que veas nuevos crecimientos de hojas puedes pasar tu esqueje a una maceta más grande para cultivar tu albahaca.

5. Mantener la humedad

El riego frecuente es importante para la albahaca, pero no te excedas. Las plantas de exterior probablemente necesitarán ser regadas a diario, especialmente durante el verano.

Mientras la maceta drene con facilidad, no deberías preocuparte demasiado por el exceso de riego.

Las plantas de interior deben regarse en el fregadero y dejarlas escurrir completamente antes de volver a colocarlas en sus platos.

A menos que tu albahaca empiece a carecer de vigor o a perder algo de color, no deberías preocuparte por la fertilización suplementaria hasta que la transportes al interior al final de la temporada.

6. Cosechar

cosechar albahaca en maceta

Las plantas de albahaca más abundantes son las que están bien cuidadas y se pellizcan con frecuencia.

Empieza cortando las hojas superiores cuando la planta tenga suficientes hojas de sobra. Esto fomentará un crecimiento tupido en lugar de vertical.

Continúa cosechando los extremos de las ramas (unos pocos centímetros cada vez) a medida que la planta madure.

Una sola planta de albahaca, cosechada, secada y almacenada con cuidado, puede proporcionar hojas sabrosas durante toda la temporada.

Si tienes una ventana lo suficientemente soleada, incluso podrás seguir cosechando hasta los meses de invierno.

Las hojas de albahaca son un buen complemento para las ensaladas, un sabroso añadido a la pasta y una sorprendente pero divertida guarnición para muchas bebidas de verano.

Pero, si te encuentras con más albahaca de la que sabes qué hacer, prueba a machacarla con un poco de aceite y a congelarla para obtener un pesto fresco durante todo el invierno.

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