La rosa del desierto , cuyo nombre científico es Adenium obesum , es una planta originaria de Sudáfrica cuya principal característica es que se parece a un árbol en miniatura, con un tronco y raíces muy gruesos.
Las flores de la rosa del desierto varían en color desde el blanco hasta el morado, pero también se pueden encontrar en tonos similares al rosa y al rojo.
Esta planta es muy resistente, crece bien incluso en condiciones hostiles y dura varios años. No obstante, se deben seguir unos cuidados específicos para que florezca de forma abundante y continua.
Una planta joven puede tardar hasta 9 meses en producir las primeras flores. Use guantes y tijeras desinfectados al podar, las rosas del desierto tienen una savia que es extremadamente tóxica .
El cuidado de la rosa del desierto es similar al de las suculentas. La maceta debe ser alta y bien drenada. Lo ideal es colocar piedras en el fondo del florero para escurrir bien el exceso de agua.
Las rosas del desierto necesitan luz solar directa durante al menos 5 a 6 horas al día. Pon la planta en un lugar soleado.
Al ser una planta originaria de una zona cálida, le encantan las temperaturas altas y no se adapta bien al frío ni al exceso de humedad.
Necesita poca agua (un exceso podría hacer que se pudran las raíces). Como ya se mencionó antes, es importante asegurar un buen drenaje del suelo, para evitar el estancamiento.
Use un fertilizante líquido cada dos o tres semanas durante la primavera, mientras que en el verano solo fertilice una vez al mes.
Siguiendo estos sencillos consejos será posible tener una rosa del desierto siempre floreciente y abundante.