¡Oh, esos molestos caracoles! Pueden arruinar realmente nuestros jardines. No solo el tamaño es un problema, ¡también tienen un apetito voraz! Se comen casi todo lo que encuentran a su paso y luego siguen buscando nuevas aventuras, a menudo dejando un gran desorden detrás. Puede ser frustrante pensar en cómo deshacerse de estas pequeñas criaturas. Pero no te preocupes, ¡hay métodos para mantenerlas alejadas!
Existen muchas formas de protegerse de los caracoles. Antes de recurrir a productos químicos fuertes que también pueden afectar el crecimiento de las plantas, prueba métodos naturales. Algunos simplemente hacen que los caracoles no quieran acercarse, ya que el olor o el sabor no les agrada. También hay trampas bien conocidas que los atraen con algún tipo de cebo. Luego, puedes llevarlos muy lejos de tu jardín para asegurarte de que no tengan posibilidad de regresar.
¿Qué plantas prefieren los caracoles?
Los caracoles no son muy selectivos, por lo que pueden atacar casi cualquier planta. Por ello, en realidad, ninguna planta está a salvo. Sin embargo, hay algunas que prefieren especialmente. Te recomendamos proteger especialmente las siguientes plantas:
- Verduras: lechuga, col, pepino, zanahoria, tomate y remolacha.
- Frutas: grosellas, frambuesas, fresas y bayas.
- Flores: girasoles, petunias, caléndulas, dalias, pensamientos, nanches, lirios y claveles.
- Hierbas: el albahaca, la menta y el tomillo son muy aromáticos e intensos, pero a los caracoles no les importa. Les gusta masticar estas hierbas.
Cómo saber si los caracoles están dañando tus plantas?
A veces no estamos seguros de qué está dañando nuestras plantas, especialmente en las primeras etapas del daño. Los lugares donde los caracoles se alimentan son fáciles de identificar. Además de verlos a simple vista, busca también:
- Rastros de baba: los caracoles dejan un rastro plateado y brillante mientras se mueven. Búscalos en las plantas, alrededor de ellas, en el suelo o en el césped.
- Huevos: los caracoles ponen sus huevos en lugares menos accesibles, como debajo de piedras, en grietas naturales o simplemente en el mantillo. Son pequeñas bolitas blancas, a veces con una capa amarilla.
- Plantas mordidas: su sello distintivo son los agujeros en las hojas, bordes desmenuzados, tallos y brotes dañados, y los pétalos de flores también pueden ser afectados.
Es más fácil encontrar signos de su presencia por la noche o temprano por la mañana, cuando están más activos, ya que prefieren lugares sombríos y húmedos y evitan la luz solar, especialmente el sol intenso.
Cómo deshacerse de los caracoles de manera efectiva?
La respuesta a todos los problemas de jardinería es la cal para los caracoles. Este método es infalible, aunque bastante drástico. ¿Por qué? Porque no se trata de ahuyentarlos o repelerlos. Aquí realmente se va a lo serio: esparce cal en los lechos, alrededor de las plantas o en lugares donde veas caracoles arrastrándose. La cal es un producto altamente alcalino con un pH de 12. Los caracoles se secan y mueren al entrar en contacto con ella, ya que su piel es tan sensible que esto los mata. Se recomienda usar aproximadamente 4 kg por cada 100 metros cuadrados. Lo mejor es aplicarlo un poco antes de la tarde, antes de que comiencen a salir de sus escondites, en días secos. Repite el proceso 2-3 veces, con intervalos de una hora.
Qué más se puede esparcir en los lechos?
Los productos se pueden dividir en dos grupos: aquellos que dificultan el deslizamiento de los caracoles y aquellos que actúan como barreras disuasorias. Y sí, aquí hay un producto de la despensa que generalmente acaba en la basura. Estos son los siguientes: cáscaras de huevo, que solo deben triturarse. Las cenizas de madera y la arena suelta también funcionan. Además, a los caracoles no les gusta el olor de la corteza de roble, el café molido, la canela y las semillas de limón. También puedes plantar lavanda, romero, geranios (también tienen un sabor amargo), espino, salvia (una de las plantas que menos les gusta debido a su olor intenso), mostaza, ajo, acedera o manzanilla.