Cómo propagar la lavanda? Tres métodos sencillos, rápidos y fáciles

Cómo Propagar la Lavanda: Tres Métodos Simples, Rápidos y Efectivos

La lavanda es una de las plantas aromáticas más populares en nuestros jardines, terrazas y balcones. Aunque es una planta resistente y modesta, su presencia es muy apreciada por su fragancia nostálgica que evoca recuerdos de tiempos pasados y fiestas. Además, es una de las hierbas más visitadas por insectos beneficiosos como las abejas y las abejas carpinteras.

Si decides cultivar lavanda en grandes cantidades, te beneficiarás al no tener que comprarla, sino cultivarla tú mismo. No solo podrás disfrutar de su aroma en el jardín, sino también en tu hogar.

Origen El nombre “lavanda” (Lavandula) proviene del latín lavare, que significa “lavar”. Las antiguas civilizaciones ya utilizaban la lavanda por sus propiedades beneficiosas. En Egipto, se usaba para la elaboración de aceites y perfumes. Los romanos y griegos la empleaban tanto en cosmética como en medicina. Durante la Edad Media, los monjes expandieron su cultivo y uso medicinal en toda Europa.

¿Por Qué Cultivar Lavanda? La lavanda es conocida por sus bolsitas aromáticas que nuestras abuelas usaban para repeler polillas. Sus ramas decoraban muchas habitaciones, especialmente dormitorios. La lavanda contiene aceites esenciales que tienen efectos positivos sobre el bienestar psicológico, ayudando a combatir la depresión, el estrés, los calambres y los dolores de cabeza. También posee propiedades antisépticas y antibacterianas, siendo utilizada en gárgaras, tés, ungüentos, tinturas y aceites. Ayuda a tratar inflamaciones, favorece la digestión y beneficia a la vesícula biliar y al hígado.

Además, la lavanda calma la piel y es ampliamente utilizada en la industria cosmética, así como en la fabricación de perfumes. Como especia, se puede usar en platos salados y dulces. También actúa como repelente de insectos en el jardín. Estos son motivos suficientes para cultivar y propagar lavanda.

Propagación por Siembra La mejor época para sembrar semillas de lavanda es entre mediados de febrero y marzo. Mezcla una parte de arena con tres partes de sustrato húmedo para siembra. Extiende las semillas sobre la superficie del sustrato y cúbrelas con una fina capa de tierra. Coloca los recipientes en un lugar luminoso y cálido. La temperatura ideal para la germinación es de 20 °C. Mantén el sustrato húmedo con un rociador y cubre el recipiente con plástico para mejorar el clima. Una vez que las plántulas alcancen unos 3 cm de altura, trasplántalas a macetas con sustrato específico para lavanda o una mezcla de tierra normal con arena en una proporción de 1:1. Tras el endurecimiento de las plántulas, puedes plantarlas en el suelo a partir de mediados de mayo, siempre y cuando no haya riesgo de heladas.

Propagación por Esquejes Este método es ventajoso porque permite usar tanto esquejes de primavera como de verano. De abril a junio, corta brotes de unos diez centímetros sin flores de la planta madre. Recorta ligeramente la punta y limpia la parte inferior de las hojas, dejando de 4 a 5 hojas en el esqueje. Para promover el enraizamiento, puedes sumergir el extremo cortado en un estimulador de raíces y luego plantarlo en un sustrato húmedo mezclado con arena. Después de que los esquejes desarrollen raíces, trasplántalos a macetas. Cuando las plantas se fortalezcan, muévelas a un lugar protegido. En invierno, cubre las plantas para evitar que se congelen.

Para esquejes de verano, realiza el mismo procedimiento que en primavera, pero corta los esquejes de lavanda con una base leñosa de unos dos centímetros. Utiliza estimulador de raíces para asegurar un rápido enraizamiento antes de las heladas otoñales. Plantar en un lecho caliente o en un lugar protegido aumentará las probabilidades de supervivencia durante el invierno.

Propagación por Acodo Este método es sencillo y eficaz. Doble una rama baja de la planta madre y cúbrala con tierra, dejando la parte superior sobre el suelo. Con riego regular, las ramas formarán raíces en unas pocas semanas. Tras cortar de la planta madre, obtendrás una nueva planta de lavanda.

Para facilitar la manipulación del acodo, utiliza un alambre en forma de “U”. Fija la rama doblada con un alambre clavado en el suelo. Esto evitará que la rama se levante y la estabilizará contra el viento, promoviendo un enraizamiento más rápido.

Con estos métodos podrás propagar la lavanda de manera efectiva, expandiendo tu jardín y disfrutando de sus múltiples beneficios.

Leave a Comment