8 tipos de Abonos caseros para el jardín y la huerta

No es necesario comprar fertilizantes o abonos caros. Tu jardín prosperará con estas versiones de bricolaje hechas con artículos de tu despensa y patio trasero. En este artículo queremos enseñarte 8 tipos de abonos caseros para el jardín y la huerta que seguramente tienes en tu casa.

Introducción

La jardinería orgánica es más popular que nunca, y los métodos que utilizamos juegan un papel fundamental en nuestra salud y la del planeta.

Hay muchos abonos naturales diferentes que puedes utilizar en tu jardín o con la tierra de las macetas. Algunos de estos abonos se pueden fabricar o recolectar en casa utilizando elementos comunes de la despensa o del patio trasero. Aquí están 8 de nuestros abonos caseros favoritos para una variedad de necesidades.

1. Recortes de césped

Si tienes un césped orgánico, asegúrate de recoger los recortes para utilizarlos en tus jardines. Uno o dos centímetros de recortes de hierba hace un gran mantillo que bloquea las malas hierbas, y también es rico en nitrógeno, que es un nutriente esencial para la mayoría de las plantas. 

2. Las malas hierbas

Al igual que los recortes de césped, muchas de las malas hierbas que encontrarás en tus jardines son muy ricas en nitrógeno y serán un excelente abono natural. El problema es que, una vez que hayas arrancado las malas hierbas, seguro que no querrás volver a ponerlas en el jardín porque cualquier semilla brotará y creará nuevas malas hierbas. ¿La solución? Hacer un té de malas hierbas.

Para ello, llena un cubo de 20 litros con no más de 1/4 de las malas hierbas que hayas arrancado. A continuación, llena el cubo con el resto de agua y deja que las malas hierbas se empapen durante una o dos semanas.

Una vez que el agua se vuelva marrón, cuela y desecha los restos sólidos, luego vierte este té de hierbas en tus jardines. Para que no sea tan fuerte, puedes diluirlo en partes iguales con agua limpia.

3. Restos de cocina

Aprovecha los residuos de la cocina y el jardín para hacer tu propio compost. El compost libera los nutrientes lentamente, lo que significa que un jardín bien compostado puede pasar uno o dos años sin necesidad de volver a aplicar fertilizantes.

El compost también ayuda a la tierra a retener la humedad, lo que es esencial para que los huertos prosperen durante los veranos calurosos y secos.

4. Estiércol

El estiércol procede de diversas fuentes: vacas, caballos, pollos e incluso murciélagos. Cada tipo de estiércol tiene un alto contenido de nitrógeno y otros nutrientes, pero hay que utilizarlo con cuidado.

El estiércol crudo es muy ácido y puede tener más nutrientes de los que necesitan tus plantas, por lo que una cantidad excesiva puede quemarlas.

Lo mejor es utilizar estiércol que se haya secado. Como tiene menos nutrientes y es menos ácido, puedes utilizarlo en mayor cantidad para mejorar la retención de agua del suelo sin poner en riesgo a tus plantas.

Puedes usarlo colocando una capa delgada sobre la tierra directamente. No tendrás que esperar mucho ya que el estiércol se convierte rápidamente en una perfecta enmienda del suelo sin olor.

5. Hojas de árboles

En lugar de embolsar las hojas de otoño y ponerlas en la acera, recójalas para abonar tus plantas. Las hojas son ricas en minerales, atraen a las lombrices de tierra, retienen la humedad y ayudan a aligerar los suelos pesados.

Puedes utilizar las hojas de dos maneras: O bien las incorporas a la tierra mezclando las hojas trituradas con la tierra, o las utilizas como mantillo tanto para fertilizar tus plantas como para mantener las malas hierbas a raya.

6. Posos de café

Los posos de café tienen muchos usos, pero uno de los mejores es como abono casero. Muchas plantas, como los arándanos, el rododendro, las rosas y los tomates, se desarrollan mejor en suelos ácidos.

Recicla tus posos de café para ayudar a acidificar tu suelo. Hay un par de maneras de hacerlo: puedes espolvorear los posos usados sobre la superficie de la tierra, o puedes hacer «café» para verterlo en tus jardines. Deja en remojo hasta seis tazas de posos de café usados durante una semana para hacer café de jardín, y luego úsalo para regar tus plantas ácidas.

7. Cáscaras de huevo

cáscaras de huevo abono casero

Si alguna vez has utilizado cal en tu jardín, sabrás que tiene muchos beneficios: principalmente, ayuda a reducir la acidez del suelo para las plantas a las que no les gusta el ácido, y proporciona a las plantas mucho calcio, que es un nutriente esencial.

La cal en sí es un fertilizante totalmente natural que puedes comprar en el centro de jardinería, pero si prefieres ahorrar algo de dinero, hay una forma más barata de obtener los mismos beneficios y tener un abono casero muy bueno. Basta con lavar las cáscaras de huevo de tu cocina, guardarlas y triturarlas para utilizarlas en tu jardín.

Resulta que las cáscaras de huevo tienen un 93% de carbonato de calcio, que es el nombre científico de la cal. 

8. Cáscaras de banana

cáscaras de banana para abono casero

Comemos bananas por su potasio, y a las rosas u otras plantas florales también les gusta el potasio. Simplemente entierra las cáscaras en un agujero a los pies de las plantas para que se descompongan de forma natural.

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