Poner tus desechos en el compost, este es un gesto que muchos jardineros practican. Y eso es bueno porque el compost no sólo recicla nuestros residuos de cocina o de jardín ¡Los transforma en oro negro! Nutre el suelo, mantiene su vida, aligera la tierra pesada, etc. En este artículo te enseñamos todo lo que se puede poner (o no) en el compost.
Que se puede poner en el compost?
Recortes de hierba (pasto, césped)
Ricas en nitrógeno, puedes ponerlas directamente en el abono mezclandolos con residuos secos. Evita apilarlas demasiado, de lo contrario la pila se pudrirá y olerá mal.
Para evitar que la hierba se moje demasiado y evitar así los problemas de mal olor en el compost, espera a un día soleado para cortarla y hazlo por la tarde.
Si tiene demasiado para el montón de compost, utiliza el exceso para cubrir regularmente los lechos perennes, rosales, árboles frutales, bayas, arbustos en maceta, el suelo de la huerta, etc. La idea es mantener una capa de 5 a 10 cm de recortes de hierba a sus pies en todo momento. Después de unos meses, verás una clara diferencia en la estructura del suelo y el vigor de tus plantas.
Cartón y papel, fuentes de carbono
El cartón y el papel (hojas absorbentes o sin tinta) son residuos secos. Se pueden poner en el compost para compensar una proporción significativa de residuos verdes. El cartón y el papel absorben los líquidos pero son lentos para descomponerse. Por lo tanto, es mejor cortarlos en pequeños trozos y ponerlos en capas, alternando con los residuos de la cocina.
Evita el papel de periódico o el cartón con inscripciones de tinta, así como algunos embalajes que parecen de cartón pero que en realidad contienen plástico o poliestireno.
Las malas hierbas
Si sacas las malas hierbas, puedes ponerlas en el montón de compost, siempre y cuando no tengan semillas. De lo contrario, es una invasión garantizada. También ten cuidado con algunas plantas que no necesitan casi nada para multiplicarse: un pequeño trozo de raíz enterrado en el compost es suficiente para que el pasto o la zarza produzcan una nueva planta.
Hojas de plantas y árboles
Todas las hojas muertas pueden ser puestas en el montón de compost pero no todas se descomponen al mismo ritmo. Algunas, como las de castaño, roble o arbustos de hoja perenne, tardan más en descomponerse que las tiernas hojas de los avellanos o de los arbustos de hoja caduca. Pero no hay necesidad de preocuparse demasiado, sólo tienes que recogerlas y triturarlas antes de ponerlas en el compost.
Como el cartón y el papel, las hojas muertas son residuos secos y ricos en carbono. Ponerlos en el compost, alternando con residuos verdes, como los residuos de cocina por ejemplo.
Por otro lado, poniendo sólo hojas muertas para ser compostadas en una gran pila en otoño, obtendrás después de unos meses un compost ideal para la siembra de primavera. En primavera, pasa unas palas de esta tierra a través de la malla de un fino tamiz para recuperar este precioso sustrato. Esta es la llamada tierra para macetas, solo compostando hojas y algunas ramas pequeñas.
Residuos de cocina
Puedes poner las sobras (hojas, partes no comestibles) y las cáscaras de frutas o verduras del jardín o de una tienda orgánica en el abono, teniendo cuidado de cortarlas para descomponerlas más rápidamente.
Cuidado con las frutas y verduras que están parcialmente enfermas o albergan plagas. Si el volumen de la pila de acomost no permite que se caliente suficientemente, las esporas de hongos (mildiu u oídio), los gusanos y las plagas de insectos no se destruyen. El uso del abono se convierte entonces en un medio de propagación.
Un compost de calidad se forma a partir de una inteligente mezcla de residuos orgánicos de cocina, residuos verdes y otros residuos secos de jardín.
Desechos de poda
Todos los residuos de la poda o el mantenimiento de los parterres y macetas son interesantes para poner en el compost. Puedes verter las ramitas jóvenes de los setos o arbustos, los tallos delgados o las partes aéreas secas de las plantas, los rastrojos de las hierbas, y también la tierra agotada contenida en las jardineras o macetas.
Otros residuos para poner en el compost
Para enriquecer tu compost y mejorar su estructura, también puedes poner:
- Hojas de té, hojas de té de hierbas o infusiones sobrantes.
- Los granos de café o los restos de la máquina de café
- Plantas que aceleran el proceso de descomposición: consuelda, ortiga, helecho, cola de caballo, milenrama, hojas de ruibarbo. Puedes añadirlas frescas o en forma de purín.
- Cáscaras de cítricos (naranjas, limones, mandarinas), siempre en pequeñas cantidades y alternando con residuos secos ya que acidifican el montón de compost.
- Cáscaras de huevo trituradas
- Cenizas de madera de la chimenea, son una gran fuente de cal
- Aserrín, siempre que la madera no haya sido tratada
- Corteza de árboles, incluso corteza de pino, pero en pequeñas cantidades.
- Paja
- Estiércol. El estiércol de caballo es el más interesante porque eleva fuertemente la temperatura del montón de compost a medida que se descompone. El estiércol de oveja también es apreciado. El estiércol de vaca es menos nutritivo. El estiércol de estos animales proporciona nitrógeno y carbono. Por lo tanto, enriquecen el compost y mejoran su estructura, siempre que provengan de ganado sano.
- Los excrementos de las gallinas o los animales de granja también son muy ricos en nitrógeno. Puedes ponerlos en pequeñas cantidades encima del contenedor de compost y esperar a que se descompongan parcialmente antes de mezclarlas con el resto de la pila.
Problema de olor: por qué la pila de abono huele mal?
Si el montón de abono huele mal, el proceso de fermentación no va bien:
Puede ser que el montón de compost está demasiado húmedo y mal aireado. Por lo tanto, debe ser volteado y agitado para oxigenarlo.
También puede ser que la proporción de residuos ricos en nitrógeno (residuos verdes) es demasiado alta en comparación con los residuos marrones. El montón de compost entonces desprende un fuerte olor a amoníaco.
La materia seca (aserrín, paja, cartón triturado) debe ser añadida lo antes posible para absorber los líquidos y restablecer el equilibrio. Se estima que para hacer un buen compost, se necesita 20 o 30 veces más residuos marrones que residuos verdes.