“Consejos para evitar que una planta se marchite al ser trasplantada”

Si las hojas de las plantas se caen después del trasplante es porque están bajo estrés. El motivo puede ser el exceso de riego, el sumergimiento, los daños en las raíces o la falta de luz solar. También puede deberse a un suelo pobre, demasiado calor o falta de espacio de cultivo. Hemos escrito varios detalles que te ayudarán a evitar que una planta se marchite luego de trasplantarla.

Recibimos plantas para trasplantar en nuestro jardín de nuestros amigos y familiares. O las compramos en un vivero o centro de jardinería. Pero a veces nos encontramos con que las hojas empiezan a caerse, vamos los motivos y las soluciones.

Cuándo trasplantar una planta

El principio de la primavera o el final del otoño son los mejores momentos para trasplantar utilizando casi cualquier técnica.

Evita trasplantar las plantas en los días de verano. Hazlo a última hora de la tarde, cuando la temperatura no sea extremadamente cálida y el viento esté en calma.

Riego después del trasplante

Si la planta no recibe el agua necesaria, las hojas comenzarán a caerse. Pero este es un problema temporal y las hojas de tu planta se recuperarán una vez que la riegues bien.

Para evitar problemas es mejor regar con abundante agua dos días antes de realizar el trasplante, y luego de realizado regar con poca agua.

Te aconsejo que compruebes la humedad de la tierra cada mañana cuando inspecciones la planta. Mete el dedo en la tierra y comprueba la punta del dedo. Si no hay tierra pegada, es una señal de que necesitas regar la planta.

Choque del trasplante

Otro problema común cuando se trasplanta es el estrés que sufre la planta debido al shock del trasplante. Esto puede hacer que las hojas de la planta se caigan como resultado.

Las plantas que compras en un vivero o centro de jardinería se cultivan en un entorno protegido. Muchas veces han sido cultivadas en interiores.

Estas plantas no están acostumbradas a las condiciones del exterior. Por eso, si intentas trasplantarlas a tu jardín, puede resultarles difícil adaptarse.

Puedes evitar este problema del choque del trasplante endureciendo la planta antes de trasladarla a tu jardín.

La forma más fácil de hacerlo es mantener la planta en el exterior durante unas pocas horas cada día durante una semana.

Asegúrate de mantener la planta alejada de la luz solar intensa, el viento, la lluvia y el calor cuando la coloques en el exterior. Después de una semana, tu planta estará lista para ser trasplantada al jardín.

Daños en las raíces

Es bastante fácil dañar las raíces cuando se trasplanta. Puedes sacar la planta del recipiente en el que venía y perder algunas raíces.

Esto hará que la planta se estrese y la falta de raíces también puede provocar un descenso de la humedad que llega a las hojas. Como consecuencia, las hojas empezarán a caerse.

Hay que tener mucho cuidado durante el trasplante. Puedes golpear suavemente todo el cepellón para sacarlo del contenedor. Si eso no funciona, es posible que tengas que abrir el recipiente para que las raíces no se dañen.

Cuando compres la planta en el vivero, sácala del recipiente y comprueba las raíces. Si la planta está atada a la raíz del contenedor, no debes elegirla.

Falta de luz solar

Al plantar una planta en un lugar que no recibe la luz solar necesaria, las hojas empezarán a caerse.

Debes elegir el lugar del jardín en función de las necesidades de la planta. Si la planta necesita pleno sol, debes trasplantarla a un lugar que reciba al menos 6-8 horas de luz solar.

Si necesita sol o sombra parcial, elige un lugar del jardín que esté a la sombra de un muro, una valla o plantas altas.

Para solucionar este problema, puedes retirar la planta y trasladarla a un lugar adecuado de tu jardín.

Falta de nutrientes

Si la planta no recibe los nutrientes necesarios después de un trasplante, puede mostrar el efecto del estrés mediante la caída de las hojas.

Debes asegurarte de que la tierra de tu jardín tiene la cantidad adecuada de materiales orgánicos. Lo mejor es añadir algo de compost cuando prepares la tierra para tu planta.

Una vez que la hayas trasplantado, debes añadir al suelo el abono orgánico necesario, pero asegúrate de esperar unos días antes de hacerlo.

No es conveniente añadir los nutrientes tan pronto como se trasplante porque esto puede añadir más estrés a la planta que ya tiene un nuevo entorno.

Cuando utilices el abono, asegúrate de seguir las instrucciones del fabricante. Te dará detalles sobre la cantidad de abono que debes utilizar y la frecuencia.

Otras plantas son más resistentes y necesitan unas condiciones más desérticas, en las que el suelo contiene más arena y la planta tiene que llegar a lo más profundo para encontrar los nutrientes y la humedad.

Si ya has trasplantado la planta y te enfrentas a este problema, puedes modificar el suelo en función de las necesidades de la planta.

Si el suelo contiene demasiada arcilla o arena, puedes ir mezclando abono orgánico que mejorará la textura del suelo gradualmente.

Demasiado calor

Si tu planta recibe demasiado calor cuando la trasplantas en el jardín, las hojas tratarán de protegerse. Como consecuencia, pueden empezar a enroscarse y caerse.

Este es un problema temporal y las hojas se recuperarán cuando la temperatura vuelva a ser normal.

Para evitar este problema lo ideal es realizar el trasplante en horas de la tarde, cuando el sol ya no esté dando directamente en el lugar de cultivo, si lo haces en horas de mucho calor será inevitable que las hojas se caigan.

Si cultivas la planta en un contenedor, puedes trasladarla a un lugar que reciba sombra al menos por la tarde.

El calor puede secar la tierra más rápidamente, así que puedes cubrir la tierra con mantillo. El mantillo aislará la tierra y evitará la pérdida rápida de humedad.

Puedes utilizar como mantillo una capa de material orgánico, como recortes de hierba, hojas secas, paja o virutas de madera.

Plagas y enfermedades

Debes revisar bien la planta antes de llevarla a casa para el trasplante. Asegúrate de que no hay insectos volando alrededor de la planta, ya que eso es una mala señal.

Comprueba todas las partes de la planta, incluyendo el haz y el envés de las hojas. Asegúrate de que no hay plagas ni signos de enfermedad en el follaje. Asegúrate de que las hojas son oscuras y vibrantes y no claras, lo que indica una señal de estrés.

Saca la planta del recipiente y comprueba que las raíces no presentan signos de podredumbre o algún daño. Asegúrese de que la planta no tiene las raíces atadas por haber crecido más que la maceta.

Eliminar el crecimiento superior de la planta

Si trasladas un arbusto, elimina el follaje sobrante de la planta. Reducirá el estrés, la pérdida de humedad y los recursos adicionales que la planta necesita para recuperarse del shock. Retira las partes muertas, como ramas, tallos y hojas secas.

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