Cultivar tomates verticalmente en una pared o en un espacio pequeño es una excelente manera de maximizar tu cosecha sin necesidad de un huerto tradicional. Aquí tienes una guía paso a paso sobre cómo cultivar tomates en una pared con un sistema de enrejado simple para obtener altos rendimientos:
Materiales que necesitarás:
Plantas de tomate (las variedades determinadas o compactas indeterminadas son las mejores para espacios pequeños) Macetas grandes o contenedores con agujeros de drenaje Suelo para macetas de alta calidad Pared o estructura de soporte resistente (como una cerca o enrejado) Jaulas o estacas para tomates Cordel de jardín o lazos suaves Fertilizante (de liberación lenta u orgánico) Tijeras de podar o tijeras
Pasos:
Elige las variedades de tomate adecuadas: Selecciona variedades de tomate determinadas o compactas indeterminadas que sean adecuadas para el cultivo en contenedores y el crecimiento vertical. Algunas buenas opciones incluyen “Patio”, “Tiny Tim”, “Bush Early Girl” y “Balcony”.
Selecciona una ubicación: Encuentra un lugar soleado con al menos 6-8 horas de luz solar directa al día. Los tomates prosperan a pleno sol.
Prepara los contenedores: Llena las macetas grandes o contenedores con suelo para macetas bien drenado. Puedes mezclar un poco de compost o materia orgánica para mejorar la fertilidad del suelo. Asegúrate de que los contenedores tengan un buen drenaje para evitar el encharcamiento.
Planta los tomates: Planta una planta de tomate por maceta, siguiendo las recomendaciones de profundidad de siembra en la etiqueta de la planta. Riega abundantemente después de plantar.
Instala el enrejado o estructura de soporte: Coloca las macetas contra una pared, cerca o enrejado. Asegúrate de que la estructura de soporte sea lo suficientemente resistente para sostener los tomates en crecimiento. Puedes sujetar las macetas a la pared con soportes o ganchos.
Configura el sistema de enrejado: A medida que crecen las plantas de tomate, necesitarán soporte para evitar que se caigan y para fomentar el crecimiento vertical. Coloca jaulas o estacas para tomates en las macetas cerca de las plantas. A medida que las plantas crecen, ata suavemente los tallos principales a las jaulas o estacas usando cordel de jardín o lazos suaves.
Poda y entrenamiento: Para maximizar el flujo de aire y la penetración de la luz solar, poda regularmente las plantas de tomate. Retira los chupones (los pequeños brotes laterales que crecen entre el tallo principal y las ramas) para fomentar el desarrollo de un solo tallo central. Entrena el tallo principal para que crezca verticalmente atándolo al enrejado o estructura de soporte a medida que crece.
Fertiliza: Aplica un fertilizante equilibrado de liberación lenta o fertilizante orgánico para tomates según las instrucciones del paquete. Los tomates cultivados en contenedores se benefician de una alimentación regular.
Riego: Mantén el suelo constantemente húmedo pero no encharcado. Las plantas en contenedores pueden necesitar riego más frecuente que las que están en el suelo, especialmente durante el clima caliente.
Monitoreo de plagas y enfermedades: Mantente atento a las plagas y enfermedades comunes del tomate. Trata cualquier problema de manera oportuna con métodos de control de plagas orgánicos.
Cosecha: Una vez que los tomates maduren, recógelos regularmente. Sé delicado al recolectar para evitar dañar las plantas.