Descubre cómo cultivar gardenias desde semillas y todos sus cuidados. ¡Llena tu hogar de fragancia y elegancia!

Cultivar gardenia a partir de semillas supone un compromiso de tiempo considerable, ya que tardarán dos o tres años en florecer, en comparación con menos de un año en el caso de los injertos. A pesar de los inconvenientes, la propagación a partir de semillas puede ser un proyecto divertido para compartir con los niños, y una forma económica de obtener más arbustos. Veamos cómo cultivar Gardenia a partir de semillas

Cómo obtener semillas de Gardenia

Puedes obtener varias semillas pequeñas de cada baya naranja o roja de un arbusto que haya terminado de florecer, en algún momento a finales de otoño.

Si tú o un amigo cultivan gardenias, observa atentamente si se forman bayas debajo de la flor marchita. También puedes comprar semillas en Internet o tiendas especializadas en plantas.

Si tienes gardenias y han producido estas bayas, seguramente tengan semillas en su interior, córtalas de planta y usando un cuchillo afilado ábrelas con cuidado. Quita las semillas y déjalas secar a la sombra durante un par de días.

Sembrar semillas de Gardenia

Puedes sembrar las semillas de gardenia en el interior durante el invierno para trasplantarlas en primavera, o también puedes comenzar a germinarlas a principios de la misma.

Llena un recipiente con tierra que tenga agujeros de drenaje. Siembra cinco o seis semillas a un centímetro de profundidad y a un par de centímetros de distancia. Riega abundantemente y deja que la tierra drene por completo.

Cubre la parte superior con un envoltorio de plástico o una bolsa trasparente y coloca el recipiente en una ventana o en otro lugar con luz brillante, pero no directamente al sol.

La temperatura ideal para la germinación es de 23 °C, pero unos grados más o menos no suponen ningún problema.

La cubierta debería ayudar a retener la humedad que las semillas necesitan para germinar. Pero si la tierra parece seca, retira con cuidado el plástico para rociarla con agua y vuelve a colocar la cubierta.

Si tienes suerte, entre cuatro y ocho semanas germinará el 50% de las semillas. En ese momento, puedes retirar el plástico.

Mantén la tierra húmeda y los recipientes colocados en el alféizar de la ventana o cerca (pero no directamente debajo) de una luz de cultivo durante el resto del invierno. Trasplántalas en primavera.

Algunas personas también guardan las semillas que recogen en otoño para plantarlas directamente en el jardín a principios de la próxima primavera.

Si sigues este plan, asegúrate de guardar las bayas que contienen las semillas en un recipiente hermético o un sobre de papel, y mantenlo en un lugar fresco y seco.

Por supuesto, si vives en una zona donde las gardenias son resistentes todo el año, tendrás más oportunidades de cosechar las semillas, y también de empezar a sembrarlas en el interior.

Trasplante

Podrás realizar el trasplante una vez que pequeñas plantas de gardenia logren un segundo par de hojas o más. No te apresures, ya que si son muy pequeñas sufrirán el trasplante.

Para plantar arbustos de gardenia empieza por regarlos y dejarlos escurrir para que la tierra esté húmeda pero no mojada.

Cava un hoyo en la zona de cultivo que sea unas tres veces el ancho de la maceta y lo bastante profundo para que la parte superior del cepellón quede uno o dos centímetros por encima de la superficie del suelo. A las gardenias les gusta estar altas.

Centra el trasplante, añadiendo tierra por encima de las raíces hasta conseguir la altura deseada. Rellena con tierra, apisónala ligeramente con las manos y riega a fondo.

Si la tierra se asienta, añade más por encima, asegurándote de que la corona de la planta se mantiene unos dos centímetros por encima de la superficie del suelo.

Añade una capa de mantillo que no haya sido tratado con ningún tipo de herbicida o pesticida. La paja o las hojas caídas de los árboles son opciones adecuadas.

Cuidados de las Gardenias

Requisitos de luz

Las gardenias son muy exigentes con la luz. Prosperan a pleno sol y necesitan unas cinco horas al día, pero deben protegerse del sol abrasador del mediodía o de la tarde.

Planta tu gardenia donde reciba luz brillante por la mañana y algo de luz al mediodía, pero no a pleno sol durante las horas más calurosas del día.

La sombra ligera o moderada también sirve, siempre que estén en una zona protegida del viento.

Deberá colocarlas en un lugar que reciba cinco horas o más de sol pleno, o la luz brillante de una ventana soleada. Pero no las expongas a la luz solar directa en interiores ni al sol del mediodía en exteriores, porque se marchitarán.

Suelo

Antes de plantar gardenias, elige un lugar en el que el suelo ya sea ácido, con un pH de 5,0 a 6,0, o modifícalo para alcanzar ese nivel. No es el momento de hacer estimaciones, así que asegúrate de analizar el suelo con antelación.

Existen tierras para macetas formuladas específicamente para plantas con flores ácidas que funcionan bien para las gardenias.

Riego

Las macetas tienden a secarse más rápidamente que los huertos, así que comprueba a menudo la humedad de la tierra y riega siempre que los cinco centímetros superiores estén secos.

A menos que crezcan en un patio húmedo o en un invernadero, las gardenias que crecen en macetas también necesitan nebulización frecuente para asegurar que se cumplan sus requisitos de humedad.

Riega constantemente pero sin saturar demasiado el suelo.

Poda y mantenimiento

El mantenimiento de las gardenias es un poco laborioso, pero su aspecto y aroma compensan con creces la energía que gastarás.

Por ejemplo, prosperan en la humedad, por lo que tendrás que rociarlas con un fino chorro de la manguera si tu zona sufre un periodo de calor árido.

Leave a Comment