Cómo cultivar apio en casa: solo necesitas un manojo

Aprende cómo cultivar apio sin esfuerzo, ya sea en una maceta o en tu jardín, y asegúrate de tener un suministro constante de esta hortaliza versátil y llena de nutrientes. ¡Lo mejor de todo es que no necesitas semillas para comenzar esta iniciativa verde, solo un manojo de apio hará el truco!

El apio es un tesoro de beneficios para la salud, convirtiéndolo en una adición esencial a tus jugos, ensaladas, guisos o simplemente como un refrigerio con limón y sal. Repleto de agua y fibra, el apio puede ayudar a regular la presión arterial, reducir los niveles de colesterol malo, estimular la producción de saliva e incluso prevenir úlceras gástricas. Sus propiedades naturales desintoxicantes y diuréticas ayudan a prevenir el estreñimiento y la retención de líquidos, entre otros numerosos beneficios.

Sigue esta guía paso a paso para cultivar apio con éxito en casa: Materiales necesarios:

1 manojo de apio completo 1 recipiente de vidrio con agua 1 maceta de tamaño mediano Tierra y un poco de compost Guía paso a

paso:

Comienza cortando cuidadosamente el manojo de apio, dejando unos 10 centímetros de la base intacta. Puedes guardar el apio restante para usarlo en el futuro. Coloca la base del apio en un recipiente de vidrio con agua, asegurándote de que la parte inferior esté sumergida y ligeramente cubierta. Encuentra un lugar fresco y bien iluminado para el recipiente y espera pacientemente de siete a diez días hasta que aparezcan los primeros brotes de la planta.

Una vez que han aparecido los primeros brotes, es hora de trasplantar tu planta de apio a la tierra. Llena la maceta elegida aproximadamente 3/4 de su capacidad con tierra. Limpia cuidadosamente la planta, retirando las viejas hojas exteriores y dejando libres los nuevos brotes. Coloca la planta de apio en la tierra con cuidado, asegurándote de no enterrar las primeras hojas que ya han crecido. Humedece la tierra sin regar en exceso, ya que un exceso de agua podría dañar la plántula de apio.

Después de plantar tu apio, riégalo dos o tres veces por semana, manteniendo la tierra ligeramente húmeda. Considera colocarla al sol durante unas horas cada día, especialmente por las mañanas. Ten paciencia durante un par de semanas, y comenzarán a crecer nuevos tallos.

Una vez que los nuevos tallos hayan alcanzado el tamaño adecuado, córtalos desde la base sin arrancar toda la planta. Continúa cuidando la planta de apio, y nuevos tallos volverán a crecer interminablemente, proporcionándote un suministro constante de apio en casa. Disfruta de la satisfacción de cultivar tu propio apio y del sabor fresco y sabroso de esta nutritiva hortaliza cuando desees.

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