Si te ha pasado cosechar limones, naranjas, limas u otros cítricos y notas que estos tienen una cáscara gruesa y muy poca pulpa en su interior seguramente te preguntarás a que se debe este problema. Esto se debe a un desequilibrio de nutrientes en el suelo, básicamente nitrógeno, fósforo y potasio, no es algo muy común, pero si te ha sucedido, en este artículo te explicamos por qué los cítricos crecen con la cáscara gruesa y cómo solucionarlo.
Qué provoca la cáscara gruesa en los cítricos
La cáscara gruesa en los cítricos de debe a un exceso de nitrógeno combinado con una escasez de fósforo, esto provocará que los cítricos tengan una forma deforme, una cáscara o piel gruesa, una corteza áspera y rugosa y una pulpa pequeña sin mucho zumo.
– Demasiado nitrógeno. El nitrógeno aparece indicado en el primer número de la bolsa de abono y es el responsable del crecimiento de las hojas verdes de las plantas. Si has estado abonando tu jardín con estiércol, o has estado utilizando un fertilizante multiuso en el jardín, tu limonero puede tener más nitrógeno del que necesita.
Aunque los limoneros suelen mostrar signos de deficiencia de nitrógeno, es decir, hojas de color amarillo pálido, es importante asegurarse de que no se está sobrealimentando con nitrógeno, ya que esto puede provocar un crecimiento exuberante que resulte atractivo para las plagas, así como frutos deformes, cáscaras gruesas y falta de zumo.
– Muy poco fósforo. El fósforo es el segundo número en la bolsa de abono, y ayuda a las plantas a crear flores y frutos, así como raíces sanas. Los síntomas de la falta de fósforo en una planta de cítricos son los mismos que los del exceso de nitrógeno: cáscaras gruesas y abultadas, sabor ácido y poco zumo en la pulpa.
Cómo solucionarlo?
El efecto de la carencia de fósforo en los cítricos se agrava cuando se utiliza demasiado abono nitrogenado. La solución consiste en utilizar un abono equilibrado que contenga las proporciones adecuadas de nitrógeno y fósforo.
Dado que los síntomas del exceso de nitrógeno empeoran por la falta de fósforo en el suelo, suele ser una buena idea empezar aplicando harina de huesos en la línea de goteo de la planta, es decir, en la zona del suelo que rodea los bordes exteriores de las hojas. La harina de huesos es un fertilizante de liberación lenta, orgánico y natural.
También conviene tener cuidado al aplicar demasiado nitrógeno. Aunque los cítricos necesitan nitrógeno, no apliques tanto como para que el crecimiento sea exuberante y de un verde superprofundo.
El estiércol o el compost están muy bien en otras partes del jardín, pero no bajo los cítricos. Demasiado nunca es bueno, y una sobreabundancia de fósforo en el suelo también puede dañar o matar las plantas circundantes, por lo que es mejor alimentar los cítricos con cantidades moderadas regularmente.
Alimentar los cítricos cada 6-8 semanas, desde el principio de la primavera hasta el principio del otoño, con un fertilizante orgánico equilibrado, es una buena forma de maximizar el crecimiento sin dañar el suelo ni el árbol.