¡El Amarilis es una planta fascinante! Aquí tienes algunos consejos para cuidarla y asegurarte de que florezca año tras año:
- Selección de la planta: Al comprar un bulbo de amarilis, elige uno que esté firme y saludable, sin signos de deterioro o enfermedad.
- Maceta y suelo: Utiliza una maceta que sea aproximadamente 2 pulgadas más grande que el diámetro del bulbo. Asegúrate de que la maceta tenga buenos agujeros de drenaje. Utiliza una mezcla de tierra bien drenada, como una mezcla para macetas que contenga tierra para macetas, perlita y musgo de turba.
- Plantación: Planta el bulbo de amarilis de manera que quede aproximadamente un tercio del bulbo por encima del nivel del suelo. Esto ayuda a prevenir la pudrición del bulbo.
- Ubicación y luz: Coloca la maceta en un lugar cálido y luminoso, pero evita la luz solar directa intensa, ya que puede quemar las hojas. Un lugar cerca de una ventana orientada al este o al oeste es ideal.
- Riego: Riega la planta solo cuando el suelo esté seco al tacto, evitando el exceso de agua que pueda provocar la pudrición del bulbo. Durante la temporada de crecimiento, el riego regular es importante, pero reduce el riego después de que la flor haya terminado su ciclo.
- Fertilización: Durante la temporada de crecimiento, fertiliza la planta cada dos semanas con un fertilizante balanceado diluido en agua.
- Apoyo: A medida que crece el tallo floral, puedes necesitar proporcionar algún tipo de soporte para evitar que se doble bajo el peso de las flores.
- Cuidado después de la floración: Después de que las flores se hayan desvanecido, corta el tallo floral cerca de la base. Continúa regando y fertilizando la planta durante el resto de la temporada de crecimiento para permitir que el bulbo se recargue y prepare para la próxima floración.
- Período de descanso: Durante el otoño, reduce gradualmente el riego a medida que las hojas comienzan a marchitarse. Una vez que las hojas estén completamente secas, deja de regar por completo y guarda la maceta en un lugar fresco y oscuro durante al menos ocho semanas. Esto permite que el bulbo entre en un período de descanso necesario para una floración exitosa el próximo año.
¡Con estos cuidados, podrás disfrutar de las impresionantes flores del amarilis año tras año!