Cómo sembrar, cultivar Celosia y sus cuidados

Con colores vivos y flores vistosas, parecidas a las de un ciruelo o con cresta, la celosía es inmensamente decorativa para el interior o el jardín de verano, ya que florece desde mediados de verano hasta principios de otoño. En este articulo veremos cómo sembrar y cultivar celosia de manera orgánica y sus cuidados.

Características de la celosia

La celosia es resistente a las heladas y es mejor tratarla como una planta anual. Los colores vivos de sus flores incluyen el naranja, el rosa, el rojo y el verde.

La celosia también es una excelente flor cortada, ya que secas mantienen su color durante al menos seis meses. La altura de la celosía oscila entre 30 cm y 1 m, dependiendo de la variedad, con cabezas florales que pueden llegar a medir 30 cm.

Hay dos tipos distintos de celosia:

  • Celosia plumosa se conoce como flor de penacho, penacho de plumas y plumas del Príncipe de Gales, debido a la forma erguida y plumosa de sus flores.
  • Celosia cristata se conoce como cresta de gallo por sus floraciones comprimidas, de forma inusual y contorsionada.

Cómo sembrar celosia

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Siembra las semillas a principios de la primavera en un propagador  a una temperatura ambiente de 20-25°C. Siémbralas en un compost húmedo mezclado con un tercio en volumen de perlita, cubierto con una fina capa de la misma mezcla.

Deja las macetas al sol directo y procura que la tierra no se seque, una vez que las plantas tengan una altura de al menos 5 cm y algunas hojas formadas puedes trasplantarla a donde desees.

A las plántulas de celosia no les gusta que les toquen las raíces, por lo que es mejor sembrarlas en bandejas modulares o macetas individuales que puedan trasplantarse con el cepellón intacto, o en macetas biodegradables que puedan plantarse intactas.

Dónde cultivar celosia

dónde cultivar celosia

Cultivar en un lugar cálido y resguardado que reciba sol al menos la mitad del día.

Las celosias son buenas plantas de interior en macetas en un lugar protegido como un invernadero, un porche o un invernadero, pero preferiblemente no en habitaciones con calefacción central.

En el exterior se pueden cultivar en macetas o en el suelo del jardín desde principios de verano hasta la llegada de las primeras heladas.

Las celosias se ven mejor en grupos o en ramilletes, y son buenas compañeras de otras plantas de colores brillantes y aspecto exótico, como los lirios Canna y las tiernas salvias.

Cómo plantar celosia

Si vas a cultivar celosia en macetas, busca una de al menos 10 litros, así evitas tener que trasplantar seguido.

Utiliza una mezcla de tierra de jardín con un poco de compost seco y arena de rio. Por ejemplo, ½ de tierra ¼ de compost y ¼ de arena.

Primero llena la maceta con la mezcla, luego haz un agujero del tamaño de la maceta donde se encuentra actualmente la planta, con mucho cuidado quita la maceta intentando dejar lo mas entero posible en montón de raíces.

Pon la planta en el hoyo y cubre todas sus raíces con tierra, enseguida riega con bastante agua y déjala a la sombra por dos días para que se recupere del trasplante.

Si vas a cultivar celosia en el jardín, procura realizar el trasplante en horas de la tarde, cuando el sol no sea demasiado fuerte.

Cuidados de la celosia

Riega para mantener el suelo uniformemente húmedo en todo momento, pero ten cuidado de no regar en exceso.

Puedes verificar la humedad metiendo un dedo en el suelo, si un poco más abajo se siente húmedo espera un días más, de lo contrario riega.

Alimentar con un fertilizante líquido una vez cada 10-14 días mientras esté en flor.

Corta las flores marchitas para mantener la planta ordenada y fomentar la producción de más flores.

Las celosias que crecen a cubierto son más propensas a las plagas que las que crecen en el exterior.

Hay que estar atento y controlar regularmente las plagas, sobre todo la mosca blanca, que puede combatirse con un control biológico.

La Celosia es propensa a los problemas si se la riega en exceso, por lo que mantener la planta húmeda pero no mojada es la clave del éxito.

Los síntomas de exceso de riego son el amarilleo del follaje, la putrefacción de los tallos o el colapso del crecimiento.

De nuevo, hay que estar atento, ya que una vez que las plantas llegan a la fase de marchitamiento, es poco probable que se recuperen.

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