“Cómo plantar y cultivar lilas de forma orgánica”

Los arbustos de lilas comunes (Syringa vulgaris) son arbustos de hoja caduca que florecen a finales de la primavera. Forman parte de la familia de los olivos, junto con otras plantas ornamentales como los fresnos y los aligustres. En este artículo veremos cómo plantar y cultivar lilas de manera orgánica y también te enseñaremos sobre todos sus cuidados.

Introducción

La cualidad más destacada de muchas variedades de lilas es la dulce fragancia de sus flores. Las flores aparecen a mediados y finales de la primavera en racimos ramificados o panículas. Cada flor mide solo 1/3 de pulgada.

Las hojas son de color verde grisáceo a verde azulado y alcanzan entre 5 y 10 cm de largo; no cambian de color en otoño. Y la corteza de este arbusto es de color gris a marrón grisáceo.

Las lilas se encuentran entre los arbustos más despreocupados y fáciles de plantar. Sus necesidades son sencillas: mucha luz solar, buen drenaje, suelo fértil y poda anual.

Elige cuidadosamente el lugar de plantación y el único cuidado que tendrás que proporcionar es la poda anual para mantener una forma agradable. En primavera, te verás recompensado con racimos de fragantes flores.

Puedes comenzar a plantar lilas en primavera, una vez descongelado el suelo, o en otoño, antes de que se congele.

Resumen

Nombre botánico: Syringa vulgaris

Nombres comunes: Arbusto de lilas, lila común

Tipo de planta: Arbusto

Tamaño adulto: 8-15 pies de alto, 6-12 pies de ancho

Exposición al sol: Completa

Tipo de suelo: Arcilloso, bien drenado

pH del suelo: neutro

Época de floración: Primavera

Colores de las flores: Lavanda-azul, blanco, burdeos, púrpura intenso, lila

Toxicidad: No es tóxica

Dónde plantar lilas

Las lilas crecen mejor a pleno sol, así que evita plantarlas en un lugar donde estén a la sombra durante más de medio día. Asegúrate de plantarlas con espacio suficiente para su futuro crecimiento. Lee la etiqueta de la planta para conocer la altura y la extensión de la planta madura.

Para prosperar, las lilas necesitan un buen drenaje. El suelo debe retener suficiente humedad para nutrir el sistema radicular y, al mismo tiempo, drenar libremente cuando las lluvias sean abundantes.

Para comprobar el drenaje antes de plantar, cava un agujero de unos 20 cm de diámetro por 30 cm de profundidad. Llena el agujero con agua. Si el agua no ha drenado después de una hora, elige otro lugar.

Cómo reproducir lilas por esquejes (tallos)

Cualquiera que haya cultivado lilas sabe la facilidad con la que se expanden y propagan. La mayoría de las lilas son plantas que forman macizos y se reproducen a través de los brotes que se extienden desde el tronco.

Para propagar las lilas, basta con cavar alrededor de uno de los brotes y cortarlo de la planta principal, manteniendo las raíces intactas.

A continuación, vuelve a plantar el brote en un suelo rico donde desees, y mantén la tierra ligeramente húmeda (pero no empapada) en todo momento hasta que se haya establecido.

Plantar lilas en el jardín

El hoyo de plantación debe ser lo suficientemente profundo y ancho como para dar cabida al sistema de raíces de la planta. Coloca la parte superior del cepellón a nivel de la superficie del agujero.

Si la lila tiene la raíz desnuda, la capa superior de las raíces debe estar unos centímetros por debajo de la superficie. Al rellenar con tierra, es importante regar a fondo. La idea es eliminar las bolsas de aire, pero manteniendo la porosidad de la tierra.

Durante los dos primeros años, es importante regar las lilas con regularidad. Durante el tiempo seco, riega con más frecuencia.

Cuidados de las lilas

Una vez establecidas, las lilas no requieren mucho mantenimiento. Por lo general, solo necesitan ser regadas durante periodos prolongados de sequía, y prefieren la fertilización anual. La poda también suele ser una tarea anual.

Luz

Cultiva los arbustos de lilas a pleno sol, es decir, al menos seis horas de luz solar directa la mayoría de los días. Las lilas toleran algo de sombra, pero muy poca luz puede limitar su floración. No les va bien la sombra total.

Suelo

Los arbustos de lilas prefieren un suelo rico y arcilloso con un buen drenaje y un pH neutro. Pueden tolerar el suelo arcilloso, aunque puede frenar su crecimiento.

Agua

Las lilas prefieren una cantidad moderada de humedad en el suelo. Pero un suelo empapado puede provocar la putrefacción de las raíces y una floración escasa.

Riega las lilas jóvenes con regularidad para mantener la tierra ligeramente húmeda. Las plantas maduras normalmente solo necesitarán riego durante los periodos de sequía.

Temperatura y humedad

Los arbustos de lilas prefieren climas con veranos bastante frescos. No se recomiendan para zonas cálidas y húmedas, ya que la alta humedad puede provocar enfermedades fúngicas en la planta.

Además, las lilas pueden tolerar temperaturas muy por debajo del punto de congelación, aunque prefieren protegerse de los vientos fríos, que pueden dañar sus botones florales y romper los tallos.

Fertilizante

Los arbustos de lilas pueden beneficiarse de una alimentación en primavera, especialmente si su suelo es pobre. Sin embargo, no utilices un fertilizante con alto contenido de nitrógeno, ya que esto puede provocar una floración pobre. En su lugar, utiliza un fertilizante equilibrado para plantas florales.

Poda

La poda es fundamental para las lilas, tanto para promover la floración como para asegurar la circulación del aire y evitar el oídio y otros problemas.

El momento adecuado para podar es justo después de la floración, ya que las lilas florecen en madera vieja.

Poda las ramas para adelgazar el crecimiento (para una mejor circulación del aire) y para mantener la altura del arbusto bajo control. Además, corta las flores muertas cuando hayan terminado de florecer. Esto evitará la formación de semillas y promoverá una floración más profusa en la siguiente primavera.

Plagas/enfermedades comunes

Las lilas son arbustos bastante resistentes y pueden sobrevivir a la mayoría de los problemas de plagas y enfermedades. Sin embargo, son susceptibles a varias.

La enfermedad fúngica del oídio es común en las lilas, especialmente durante los veranos húmedos. Crea manchas de polvo blanquecino en el follaje. Existen fungicidas y métodos naturales para combatir el oídio.

La enfermedad no suele ser mortal, pero aún así debes tratar tu lila lo antes posible para limitar su propagación.

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