Las orquídeas pueden embellecer los alféizares de las casas durante todo el año. Sin embargo, durante los meses de otoño e invierno, es necesario ajustar los cuidados que normalmente se les proporcionan durante el resto del año.
Las orquídeas son flores muy populares por su belleza, sus abundantes flores de diversos colores y su largo período de floración. Sin embargo, al igual que otras plantas, requieren cuidados constantes. Específicamente en invierno, el cultivo de orquídeas tiene sus particularidades que es necesario respetar, de lo contrario existe el riesgo de que la planta se marchite. Sin embargo, si se dedica el cuidado adecuado a estas bellezas exóticas, complacerán con sus flores incluso en los meses de invierno.
Regar las orquídeas?
A veces menos es más La regla general es que las orquídeas deben regarse cada diez días. Sin embargo, la frecuencia de riego depende de varios factores, como la humedad y la temperatura del aire, el tamaño de la maceta o la composición del sustrato. En invierno, la mayoría de las plantas necesitan menos agua, por lo que se debe reducir la frecuencia de riego para evitar la pudrición o el amarillamiento de las hojas. También es importante que las raíces no permanezcan en agua, de lo contrario se pudrirán. En general, la planta tolera mejor la sequedad temporal del sustrato que su exceso de humedad.
Cómo regar adecuadamente?
En el cuidado de las orquídeas, es importante prevenir el exceso de humedad en la planta, pero esto no significa que no deba regarse en absoluto. Incluso en invierno, las orquídeas necesitan hidratación, aunque en menor medida. ¿Cómo hacerlo? Coloque la maceta en un recipiente con agua reposada y déjela allí durante quince a veinte minutos. El agua no debe estar demasiado caliente ni congelada, para evitar causar un shock a las raíces. Luego, deje escurrir la maceta con la orquídea y devuélvala a su lugar.
Las orquídeas aman la humedad y el calor
A las orquídeas les encanta el aire húmedo. Durante los meses más fríos, debido a la calefacción, el aire tiende a estar seco, por lo que es necesario compensarlo. Puede proporcionarles suficiente humedad rociándolas con agua reposada desde un pulverizador. Humedezca solo las hojas, nunca las flores, ya que podrían ennegrecerse. Al regar y rociar, asegúrese de que el agua no llegue al corazón de la planta, ya que la orquídea comenzaría a pudrirse y morir. Si eso sucede, limpie el corazón de la planta.
Raíces enfermas de orquídeas
Ama la luz, el calor y la rutina
Las orquídeas prosperan mejor con luz dispersa, es decir, en alféizares que miran hacia el este o el oeste. En invierno, cuando la luz solar es escasa, muévala hacia un alféizar sur. También dele aire fresco, solo sáquela de las ventanas durante la ventilación, ya que las corrientes de aire podrían dañarla. La temperatura ideal en la habitación durante el día es entre 20 y 25 grados Celsius, y no debe caer por debajo de los 18 grados Celsius por la noche. En general, si a la orquídea le va bien, no vale la pena cambiar la frecuencia de riego ni moverla de un lugar a otro.