Storczyk, aunque hermoso, tiene requisitos específicos y es fácil cometer errores que provocarán que la planta pierda sus flores, comience a pudrirse y se marchite ante nuestros ojos. Afortunadamente, sabemos cómo rescatarlo y hacer que vuelva a florecer. ¡Echen un vistazo!
Los orquídeas son epífitas, lo que significa que en su entorno natural crecen y se apoyan en otras plantas, aunque no son parásitas. Para su desarrollo, no necesitan tierra; obtienen nutrientes y agua del aire. El origen atípico de las orquídeas hace que tengan requisitos de cultivo completamente diferentes a la mayoría de las plantas de interior. Les gusta el calor, la alta humedad del aire y la luz indirecta. Si no les proporcionamos condiciones algo similares a las de su entorno natural, comenzarán a enfermar, secarse o pudrirse.
Qué les perjudica más a las orquídeas? Aquí tienes una lista de los errores más comunes en su cultivo:
- Riego excesivo: el riego excesivo de las orquídeas y el agua estancada en la maceta favorecen el desarrollo de infecciones por hongos. Los microorganismos que crecen en el agua atacan las raíces y gradualmente se extienden por toda la planta. Esto se manifiesta con raíces y hojas suaves y marrones, acompañadas de un desagradable olor a podredumbre.
- Sequía: el riego insuficiente de las orquídeas o colocarlas directamente junto a un radiador en invierno, donde el aire estará demasiado seco, hará que las plantas pierdan flores, las hojas se arruguen y las raíces se vuelvan grises y secas. Las hojas de la orquídea deshidratada también comienzan a amarillear.
- Falta de luz: cuando colocamos una orquídea en un lugar demasiado oscuro, no podrá acumular la energía necesaria para producir brotes florales. Una orquídea en estas condiciones no florece en absoluto o lo hace muy raramente, y sus hojas se vuelven opacas y oscuras.
- Quemaduras solares: una orquídea expuesta a la luz solar directa puede sufrir quemaduras. La luz solar intensa que pasa a través de las ventanas puede provocar la aparición de manchas oscuras en las hojas.
- Corrientes de aire frío: si la maceta con la orquídea se coloca en el alféizar junto a una ventana abierta con frecuencia en invierno, debemos tener en cuenta que las corrientes de aire frío pueden dañar nuestra orquídea. Una ventilación prolongada puede provocar el enfriamiento excesivo de la orquídea, que comenzará a perder brotes y flores existentes.
- Suelo inadecuado: plantar una orquídea en tierra universal para plantas con flores es una manera sencilla de matarla. Este sustrato es impermeable, demasiado húmedo y demasiado pesado para el delicado sistema de raíces de las orquídeas. Como resultado, la flor pierde la capacidad de absorber minerales y agua, comienza a pudrirse y finalmente muere.
Cuidado de la orquídea: cómo evitar la pudrición y la sequedad Existen reglas universales para el cuidado de las orquídeas en el hogar que aseguran un desarrollo saludable y una floración abundante.
- Ubicación brillante: las orquídeas no tienen contacto directo con el sol, ya que las ramas de los árboles exóticos bloquean eficazmente sus rayos. Por lo tanto, es recomendable colocarlas en una habitación cerca de una ventana cubierta con cortinas, donde tendrán acceso a la luz solar difusa.
- Sustrato permeable: lo mejor para las orquídeas es un sustrato ligero de corteza, fibra de coco y cerámica. Recordemos que en la naturaleza, las orquídeas crecen adheridas a la corteza de los árboles, por lo que en la maceta, sus raíces deben tener espacio para desarrollarse libremente y absorber minerales valiosos. Este “suelo” también las protege contra la putrefacción y las enfermedades fúngicas.
- Riego escaso pero abundante: dado que es difícil mantener un nivel adecuado de humedad del aire en los hogares polacos, es necesario regar regularmente la planta, preferiblemente de forma espaciada pero abundante. En invierno, es suficiente regar las orquídeas una vez a la semana, pero en verano se pueden regar con más frecuencia, por ejemplo, cada pocos días. También es importante tener en cuenta el tipo de agua que utilizamos para regar las orquídeas. No les gusta el agua “dura”, es decir, con un alto contenido de calcio. Por lo tanto, el agua para regar las orquídeas siempre debe estar reposada. Alternativamente, se puede utilizar agua de lluvia o destilada. Puedes encontrar más información sobre las técnicas de riego de orquídeas en nuestro artículo: Empieza a regar tus orquídeas de esta manera. Florecerán como locas.
- Alta humedad del aire: en los bosques tropicales, no solo hace calor, sino que también es muy húmedo, lo que permite a las raíces de las orquídeas absorber agua y minerales esenciales del aire. Para garantizar la humedad del aire adecuada para las orquídeas en casa, vale la pena colocar un humidificador cerca, poner una maceta con piedras sumergidas en agua o rociar las hojas con una botella pulverizadora.
- Temperatura cálida: en las zonas tropicales y subtropicales, la temperatura durante el día oscila entre 20 y 30°C, que disminuye durante la noche y en invierno, a menudo incluso varios grados. Para proporcionar condiciones similares a las orquídeas en casa, en verano podemos sacarlas al balcón o terraza, y en invierno bajar la calefacción por la noche para que la habitación se enfríe un poco.
Cómo salvar a una orquídea que se está pudriendo?
Si accidentalmente has regado en exceso a tu orquídea y el exceso de agua ha permanecido en la maceta durante un tiempo prolongado, probablemente hayas notado cambios en la apariencia de tu planta. Las hojas han comenzado a volverse marrones, se han vuelto blandas y parte de las raíces están cubiertas de moho. No te preocupes, aún no está todo perdido. Tu orquídea se puede salvar.
Aquí tienes los pasos que puedes seguir:
Reanimación de la orquídea paso a paso:
- Saca la orquídea de la maceta: Deja que las raíces se sequen del exceso de agua.
- Limpia las raíces: Retira suavemente las raíces del envase anterior, eliminando los restos del sustrato en el que estaba plantada.
- Revisa las raíces: Si observas raíces en descomposición, córtalas con tijeras desinfectadas. Después de cortar, espolvorea canela o aplica agua oxigenada en los lugares cortados para evitar infecciones. Recorta también las hojas secas o podridas. Deja la planta a un lado para que las “heridas” tengan tiempo de curarse.
- Transplanta la planta: Coloca la orquídea en un sustrato fresco. Puedes comprar una mezcla especial para orquídeas en una tienda de jardinería o preparar una por ti mismo. En el fondo de la maceta de vidrio, coloca una capa de arcilla expandida, coloca la planta y cubre las raíces con musgo, trozos de corteza y perlita. Riega suavemente para que el agua fluya por las raíces y se detenga en el fondo de la maceta.
- Fertilizante casero de té: Para nutrir las raíces, prepara un fertilizante casero con té. Vierte agua hirviendo sobre una bolsita de té negro y deja que se enfríe. Después de eso, puedes usar la infusión para regar la planta o rociar las raíces. El té actuará nutriendo a las orquídeas y estimulando su regeneración. Las orquídeas empapadas en té comienzan gradualmente a recuperarse y a desarrollar nuevas raíces, hojas y tallos florales. Todo esto gracias a las propiedades del té, que contiene las mismas sustancias químicas que son liberadas de los árboles durante la temporada de lluvias. Para la orquídea, es una señal de crecimiento renovado, producción de nuevas raíces, hojas y tallos florales.