La Caléndula, también conocida como ranúnculo, es originaria del área mediterránea y de Asia. Tiene hojas ovaladas de un verde intenso y grandes flores amarillas y naranjas. Sigue leyendo para descubrir los mejores trucos para cultivarla y mantenerla siempre hermosa y brillante.
Es una planta aromática ideal para el hogar, y su plantación puede realizarse a partir de una planta adulta o de semillas. Resiste muy bien las bajas temperaturas, no requiere muchos cuidados y crece tanto en macetas como en tierra. Además, es resistente al sol y prefiere un suelo bien drenado. Al final de la temporada de floración, a principios del invierno, se recomienda podar la Caléndula para favorecer un crecimiento más vigoroso. Corta las ramas en exceso y las más pequeñas para mantener un aspecto perfecto de la planta. Cabe destacar que las flores de la caléndula son realmente hermosas y añaden un toque decorativo al entorno.
Además, la Caléndula ofrece innumerables beneficios: se ha demostrado que ayuda a repeler los molestos mosquitos, ya que pertenece al grupo de plantas antimosquitos efectivas. También ayuda a prevenir infestaciones de mosca blanca y pequeños gusanos que pueden dañar las raíces de otras plantas. Posee propiedades terapéuticas como planta medicinal, y en el pasado, los árabes la utilizaban como colorante para tejidos. Por último, también es comestible, y aquí tienes una receta: toma 300 g de pasta, cuécela y escúrrela. Machaca en un mortero ajo, flores de romero y apio. Luego agrega pétalos de caléndula, semillas de girasol, sal, aceite y mezcla bien. Condimenta la pasta, añade queso y sirve.
Con estos trucos, podrás cultivar la caléndula de la mejor manera posible. Tu jardín o balcón lucirá colorido y vibrante. ¡Anímate aunque no tengas el pulgar verde, no te arrepentirás!