El cultivo del olivo es posible en cualquier ubicación, incluso en macetas, pero es crucial seguir ciertas reglas para obtener resultados óptimos en poco tiempo.
En primer lugar, es necesario situar la planta alejada de los vientos, especialmente los vientos fríos. Además, debe ubicarse en un lugar expuesto al sol, siendo preferible elegir un punto donde reciba luz solar desde el sur.

Durante el invierno, se recomienda acercar la planta a una pared o ventana para protegerla y exponerla más al calor, favoreciendo así un mejor crecimiento.
La fertilización juega un papel fundamental y se debe realizar durante el período de floración con riego. El fertilizante se mezcla con agua, siendo aconsejable utilizar un fertilizante líquido.
En cuanto al riego, es importante ajustarse a las estaciones del año. A diferencia de otras plantas en el suelo del jardín, el olivo en maceta requiere más agua debido a las limitaciones de sustrato que se seca rápidamente. En otoño, necesita menos agua, por lo que se puede evitar regar la planta y comenzar de nuevo en primavera. Durante la primavera, se debe regar cada dos o tres semanas, en verano, semanalmente, y en otoño, mensualmente.
Es crucial revisar el suelo entre riegos para asegurarse de que el agua se haya absorbido por completo y evitar el estancamiento del agua, ya que puede ser perjudicial para la planta.
La poda también desempeña un papel fundamental en el cultivo del olivo en maceta. Ayuda a mantener el crecimiento controlado, recortando las ramas para mejorar la apariencia general de la planta. Además, la poda es esencial para mantener la altura adecuada de la planta, evitando que sea demasiado alta o baja.
Posteriormente, incluso se puede dar forma al plano, ya sea cónica o cilíndrica. Lo crucial es mantener siempre la misma forma de la planta desde la primera poda realizada por el operador. En general, es importante realizar la poda de manera que la planta se incline hacia abajo para facilitar un drenaje óptimo con el agua de lluvia y prevenir la proliferación de hongos.
Después de la primera poda, durante las intervenciones posteriores, solo es necesario cortar las ramas que sobresalgan para evitar el desarrollo de ramas excesivamente vigorosas. Se recomienda iniciar el corte desde la parte superior y continuar hacia abajo.
En cuanto a la diferencia entre los olivos en tierra y los cultivados en macetas, es importante destacar que los olivos en macetas no pueden producir frutos. Por lo tanto, el objetivo de su cultivo no puede ser este. No obstante, esto no implica que estén exentos de enfermedades. Por ejemplo, los olivos en el campo pueden enfermarse debido a la mosca del olivo, también conocida como mosca de la fruta.

Por otro lado, los olivos en macetas pueden ser atacados por otro parásito llamado cochinilla. Para determinar si la planta ha sido atacada, es necesario observar sus hojas. Si se secan o caen prematuramente, la respuesta es afirmativa. Además, este tipo de olivo también puede ser vulnerable a infecciones por hongos. Por ello, se recomienda el uso de productos a base de cobre como medida preventiva para mantener alejados a estos parásitos.