“10 Secretos para Plantar Jengibre en Macetas para Cosechas Infinitas”

El jengibre es un ingrediente común en muchas cocinas y es famoso por su sabor distintivo y sus numerosos beneficios para la salud, que van desde proporcionar muchos nutrientes, como vitamina B6, magnesio y antioxidantes, hasta aliviar las náuseas. Además, el jengibre es muy versátil, ya que se puede consumir fresco, seco, en polvo, encurtido, confitado o convertido en extractos u aceites.

Entonces, por qué no cultivar tu propio jengibre en lugar de comprarlo siempre en el supermercado? Ya sea que tengas un jardín grande o poco espacio en tu balcón, cultivar jengibre es un proyecto que vale la pena y duradero. Con algunos consejos a continuación, puedes tener un suministro abundante de jengibre fresco en tu hogar.

  1. ELIGE LAS VARIEDADES ADECUADAS Al seleccionar una variedad de jengibre para cultivar en macetas, debes tener en cuenta lo siguiente:
  • Jengibre común (Zingiber officinale): Esta es la variedad más común utilizada con fines culinarios.
  • Jengibre bebé: Una variedad menos fibrosa y de sabor más suave, ideal para la jardinería en contenedores.
  • Jengibre concha (Alpinia zerumbet): Conocido por su atractivo follaje y sus flores aromáticas, es una buena opción ornamental.
  1. ELIGE UN CONTENEDOR Y TIERRA ADECUADOS Una maceta grande con buen drenaje es lo más ideal. Se recomienda una profundidad de al menos 12 pulgadas (30 cm) para acomodar las raíces superficiales del jengibre. Al elegir la tierra, utiliza una mezcla para macetas bien drenante enriquecida con materia orgánica. Una mezcla de tierra para macetas, compost y perlita es perfecta.
  2. PREPARACIÓN DE LOS RIZOMAS DE JENGIBRE Para comenzar, invierte en rizomas de jengibre frescos de un proveedor establecido. Busca rizomas robustos y llenos con “ojos” visibles. Los rizomas más grandes se pueden dividir en partes más pequeñas, cada una con unos pocos ojos.
  3. PLANTACIÓN Planta los rizomas de jengibre con los ojos hacia arriba, a una profundidad de aproximadamente 2-4 pulgadas (5-10 cm) en el suelo. Espácialos alrededor de 6-8 pulgadas (15-20 cm) de distancia.
  4. RIEGO Tu jengibre debe mantenerse consistentemente húmedo pero no encharcado. Ocasionalmente, puedes rociar las hojas para proporcionar humedad.
  1. TEMPERATURA Y LUZ El jengibre prospera en temperaturas cálidas (alrededor de 75-85°F o 24-29°C) y en luz brillante e indirecta. Por eso, debes evitar la luz solar directa, especialmente durante la parte más calurosa del día.
  2. FERTILIZACIÓN Alimenta tu planta de jengibre con un fertilizante líquido equilibrado cada 2-4 semanas durante la temporada de crecimiento. Esto proporciona los nutrientes esenciales para desarrollar hojas y rizomas saludables.
  3. MANTENIMIENTO DEL CONTENEDOR Con el tiempo, el jengibre puede volverse demasiado grande para su maceta, por lo que es posible que necesites trasplantarlo cada dos años. Cuando la planta sea demasiado grande para su contenedor, retírala con cuidado, divide los rizomas y vuelve a plantarlos en tierra fresca.
  4. COSECHA DEL JENGIBRE El jengibre tarda aproximadamente de 8 a 10 meses en madurar. Está listo para ser cosechado cuando el crecimiento de la planta disminuye, las hojas comienzan a volverse amarillas y se marchitan.

Al cosechar, levanta cuidadosamente la planta fuera de la maceta y separa los rizomas del suelo. Debes cortar la cantidad requerida de rizoma de los bordes, dejando la parte central en la maceta. Esto permitirá que la planta continúe creciendo.

  1. ALMACENAMIENTO DEL JENGIBRE Si deseas almacenar el jengibre a temperatura ambiente, puedes mantener la raíz de jengibre entera y sin pelar en un lugar seco y fresco, lejos de la luz solar directa. Para el almacenamiento en el refrigerador, guarda la raíz de jengibre entera y sin pelar en una bolsa de plástico con cierre hermético, con el aire expulsado, en el cajón para verduras. De esta manera, puede durar hasta 1 mes.

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