Muchos jardineros desconocen la utilidad que pueden tener los alimentos comunes de la cocina en su jardín.
Sabías que los cereales tienen una larga historia de ser beneficiosos para la nutrición vegetal?
Nuestros ancestros realmente notaron que un aderezo enriquecido con este ingrediente tiene un impacto fantástico en todo lo verde: crecimiento, cosecha y floración.
Son extremadamente beneficiosos no solo para el cuerpo humano, sino también para las plantas.
Contienen una gran cantidad de nutrientes, lo que los convierte en un alimento natural perfecto para tu jardín.
¡Prepara tu propio fertilizante de cereales siguiendo las instrucciones del portal y no te arrepentirás!
La avena contiene vitaminas B y E, fósforo, magnesio, potasio, calcio, sodio, y almidón.
La glucosa y los aminoácidos también son muy importantes.
Entonces, ¿cómo funciona la nutrición de la avena para nuestras plantas?
Después de que la avena se encuentra en el suelo y se descompone, produce nitrógeno, que es esencial especialmente para las plántulas jóvenes.
Estos cereales apoyan el rápido crecimiento del follaje verde.
Además, contribuyen al crecimiento y desarrollo adecuados de las raíces.
Contribuyen a la abundante cosecha de las plantas comúnmente cultivadas en nuestros jardines.
Pero eso no es todo, también mejoran el sabor y la apariencia de las frutas.
Fortalecen la defensa y la resistencia contra condiciones ambientales adversas y algunas enfermedades.
Además, los copos de avena atraen a las lombrices.
Sabes por qué son especialmente útiles para las plantas?
Transforman los materiales orgánicos en útiles biohumus.
Además, aflojan el suelo cerca de las raíces de las plantas, mejorando su capacidad de respiración.
Cómo hacemos la comida?
Los copos de avena más económicos son adecuados incluso para la fabricación de un fertilizante útil.
Incluso aquellos que han superado la fecha de caducidad son excelentes.
Simplemente vierte un paquete de copos de avena en un balde de agua.
Déjalo reposar durante 5 días.
Después del tiempo especificado, filtra la solución obtenida.
Ahora dilúyelo con agua limpia en proporción 1:5.
Vierte el fertilizante obtenido en las raíces de las plántulas y otras plantas en tu jardín.
¡Buena suerte!