El Sansevieria es una planta originaria de las regiones áridas de África Occidental. Capaz de crecer en interiores, esta planta puede sobrevivir en condiciones de baja luminosidad y riego poco frecuente.
El Sansevieria se caracteriza por sus largas hojas erectas que combinan tonalidades de verde, amarillo o blanco. Esta planta crece lentamente, especialmente si no se le proporcionan todos los cuidados que requiere.
Entonces, ¿cómo estimular la aparición de nuevas hojas en tu planta? ¡Aquí tienes algunas sugerencias para obtener nuevos brotes muy pronto!
La luminosidad
El Sansevieria puede vivir en diversas exposiciones al sol. Sin embargo, si deseas obtener nuevas hojas, debes exponerla a la luz solar intensa pero indirecta.
Dado que es una planta de crecimiento lento, ten en cuenta que si la colocas en un lugar con poca luz, su crecimiento se ralentizará aún más y la producción de nuevos brotes no ocurrirá.
Idealmente, coloca tu Sansevieria cerca de una ventana con luz tamizada para acelerar la formación de nuevas hojas.
La temperatura
El Sansevieria crece adecuadamente a una temperatura de entre 20 y 32 grados. A menudo, este factor se pasa por alto, ya que generalmente se cultiva en interiores. No obstante, en casa, la temperatura suele oscilar entre 18 y 22 grados.
Sin embargo, si cultivas esta planta en exteriores, las nuevas hojas pueden resistir temperaturas más frescas, pero debes protegerlas del hielo.
También ten en cuenta instalar tu planta en un lugar alejado de corrientes de aire o salidas de aire, ya que las variaciones de temperatura pueden estresar tu Sansevieria.
El riego
Las Sansevierias pueden soportar la sequedad, por lo que un riego excesivo puede dañarlas. Debes regar tu planta adecuadamente para obtener nuevos brotes rápidamente.
Espera a que el suelo esté completamente seco antes de volver a regar. Durante el riego, asegúrate de apuntar al suelo y evitar mojar las hojas.
El suelo
El Sansevieria aprecia un suelo bien drenado. Para estimular la formación de nuevos brotes, utiliza una mezcla de tierra para cactus o suculentas con perlita o arena.
No olvides trasplantar tu planta cada 2 o 3 años para tener un suelo fresco y fomentar un crecimiento saludable de las raíces.