Para obtener cabezas de ajo grandes, es importante proporcionar un fertilizante adecuado y en el momento correcto durante su crecimiento. Aquí tienes algunos consejos basados en lo que muchos jardineros recomiendan:
- Fertilización antes de la siembra: Asegúrate de preparar bien el suelo antes de plantar el ajo. Añadir compost o abono orgánico bien descompuesto puede enriquecer el suelo con nutrientes esenciales, mejorando la estructura del suelo y proporcionando nutrientes a largo plazo.
- Fertilización con nitrógeno: El ajo necesita una cantidad moderada de nitrógeno, especialmente durante su fase de crecimiento inicial, cuando las hojas están desarrollándose. Puedes usar fertilizantes ricos en nitrógeno, como el estiércol de gallina bien compostado, o fertilizantes orgánicos como el té de compost.
- Fosfato para raíces fuertes: Para promover un buen desarrollo de las raíces, es útil usar un fertilizante con fósforo, como el superfosfato o la harina de hueso, ya que esto favorece la formación de bulbos grandes.
- Potasio para el desarrollo de los bulbos: El potasio es esencial para la formación de cabezas grandes de ajo. Puedes usar fertilizantes equilibrados o agregar ceniza de madera, que es una fuente natural de potasio.
- Evitar el exceso de nitrógeno en la etapa final: Cuando el ajo esté cerca de madurar, reduce la cantidad de nitrógeno y enfócate en mantener un equilibrio con potasio y fósforo, para que las cabezas se formen bien sin que la planta siga produciendo solo hojas.
Recuerda que una buena rotación de cultivos también ayuda a evitar que el suelo se agote, lo cual es clave para obtener un ajo de gran tamaño.