Aunque las orquídeas son una planta de interior muy popular, a menudo tienden a marchitarse, perder flores y debilitar sus hojas. Esto suele ocurrir debido a 8 errores comunes en su cuidado. ¡Evítalos y disfruta de una orquídea saludable y floreciente!
- Riego incorrecto: Nunca riegues la orquídea desde arriba, ya que esto provoca el amarillamiento y caída de las hojas e incluso su muerte. Riégala suavemente desde un costado o utiliza el método de inmersión, dejándola en un recipiente con agua durante 10 minutos.
- Dejar la planta en un segundo macetero: No dejes la orquídea en un recipiente con agua durante días, ya que esto puede causar la pudrición de las raíces y el amarillamiento de las hojas. ¡Las orquídeas no deben quedarse mucho tiempo en agua!
- Exposición al sol directo: Evita colocar la orquídea bajo luz solar directa, ya que sus hojas pueden quemarse. Colócala detrás de una cortina para darle la iluminación adecuada.
- Rociar las flores con agua: Evita rociar directamente las flores, ya que esto puede crear manchas y hacer que se marchiten. Para mantener la humedad, rocía solo las hojas o coloca un paño húmedo entre las hojas.
- Cortar las raíces aéreas: Nunca cortes las raíces aéreas de la orquídea, ya que son un indicador de la salud de la planta.
- Cortar el tallo completamente después de la floración: No cortes el tallo desde la base después de que caigan las flores. Este puede desarrollar nuevos brotes. Corta solo hasta el último punto donde cayó la última flor.
- Trasplantar inmediatamente tras la compra: Aunque parezca que el macetero es pequeño, no te apresures a cambiarlo. Solo trasplántala si las raíces están podridas. Lo ideal es dejarla en su maceta original durante al menos 1.5 a 2 años.
- Elegir un sustrato incorrecto: Las orquídeas necesitan un sustrato especial; nunca uses tierra universal, ya que en ella no prosperarán. Usa solo mezclas especiales para orquídeas.
Evitar estos errores comunes te permitirá disfrutar de orquídeas fuertes y llenas de vida.