El tomillo común (Thymus vulgaris) ha sido utilizado durante miles de años no solo como un condimento aromático, sino también como un remedio casero, especialmente para tratar resfriados y tos.
Las sustancias activas más importantes del tomillo, además de sus aceites esenciales, son los ácidos fenólicos, taninos y flavonoides. Estas sustancias le otorgan propiedades coleréticas, antiinflamatorias, hepatoprotectoras y diuréticas. En el pasado, se administraba por vía oral para tratar enfermedades parasitarias e infecciones bacterianas en los intestinos. Los fenoles y flavonoides también tienen propiedades antiespasmódicas.
Propiedades del tomillo
A continuación, algunos motivos por los cuales el tomillo es valorado en el tratamiento de resfriados:
- Antibacteriano y antiviral: Los aceites esenciales en el tomillo, como el timol, tienen efectos antibacterianos y antivirales que ayudan al cuerpo a combatir los patógenos.
- Expectorante: El tomillo es un expectorante natural que puede ayudar a diluir y eliminar la mucosidad de las vías respiratorias.
- Antiinflamatorio: Las sustancias en el tomillo pueden tener efectos antiinflamatorios, lo que ayuda a aliviar los síntomas causados por resfriados e infecciones respiratorias.
- Espasmolítico: Relaja los músculos del pecho, lo que alivia los ataques de tos.
Miel con tomillo
En caso de resfriado, el tomillo es excelente como miel de hierbas. La miel tiene propiedades antibacterianas, y al combinarla con tomillo, sus efectos se potencian, haciendo que este remedio sea aún más eficaz.
Para preparar miel de hierbas, mezcla una tintura de tomillo con miel en una proporción de 1:3. En caso de tos, ronquera o resfriado, toma 1 cucharadita cada 3 horas.
También puedes preparar miel de tomillo mezclando tomillo fresco molido con miel en una proporción similar, añadiendo una pequeña cantidad de alcohol o glicerina.
Jarabe de tomillo
Si prefieres evitar el uso de tintura con alcohol, puedes hacer miel de tomillo de la siguiente manera:
Ingredientes:
- Un puñado de tomillo fresco o seco
- 175 g de miel
- Medio limón
- 2 tazas de agua
Lava el limón y corta la cáscara en rodajas finas. Coloca las rodajas en un frasco y cúbrelas con miel.
Hierve el tomillo en el agua (primero pica el tomillo fresco) y cocina hasta que se evapore la mitad del agua. Deja enfriar, cuela y añade al frasco con la miel y los limones. Mezcla bien y cierra el frasco.
Este jarabe se puede almacenar por aproximadamente un mes y tiene un sabor muy agradable. Los limones en particular son deliciosos.
Toma 1 cucharadita varias veces al día hasta que los síntomas desaparezcan.
Precauciones
Uno de los aceites esenciales del tomillo, el timol, es una sustancia química del grupo de los terpenos. Consumido en grandes cantidades, puede ser tóxico. La forma más fácil de sobredosificarse es ingiriendo aceite de tomillo, que en su mayoría consiste en timol. El aceite de tomillo no debe consumirse internamente.
El tomillo también es un alérgeno potente, por lo que las personas alérgicas deben tener especial cuidado. Las mujeres embarazadas no deben consumir tomillo. Además, el tomillo puede reducir los niveles de azúcar en la sangre.