Aglaonema es una planta vistosa y fácil de cultivar, que se distingue por el inusual color de sus hojas, que van desde el verde, pasando por un delicado rosa, hasta un intenso fucsia y rojo. Aquí te indicamos cómo cuidarla correctamente y qué hacer cuando sus hojas se vuelven amarillas.
Aglaonema: Información básica Aglaonema es una planta de interior perteneciente a la familia Araceae. En su entorno natural, se encuentra en los bosques tropicales del sudeste asiático. La planta tiene un porte arbustivo y posee hojas grandes y ovaladas con colores extraordinarios. Dependiendo de la variedad, las hojas de la aglaonema pueden tener motas, bordes de colores, colores intensos a lo largo de las nervaduras principales o estar completamente teñidas de rosa o rojo. La planta produce inflorescencias en forma de espádice, pero rara vez se ven en cultivo doméstico.

Las variedades más hermosas y populares de aglaonema son:
- “Silver Queen”
- “Red Master”
- “Red Elephant”
- “Madagascar”
- “Prestige”
- “Anyamanee Tricolor”
- “Pride of Sumatra”
- “Green Bowl”
- “Key Lime”
Dependiendo de la variedad y el tamaño de la planta, el costo de comprar una aglaonema en maceta oscila entre 30 y 150 PLN.
Sin embargo, antes de llevar la planta a casa, es importante tener en cuenta que ¡es una especie altamente tóxica! Debido a que su savia es tóxica, se debe mantener la planta alejada de niños y mascotas. Además, todas las tareas de cuidado de la planta es mejor realizarlas con guantes. El contacto del jugo tóxico de la planta con los ojos o la boca puede causar irritación de las membranas mucosas e incluso daño al sistema nervioso.
¿Qué tan grande crece la aglaonema? Una planta bien cuidada y de varios años puede alcanzar una altura de hasta 80-120 cm.
Aglaonema: Cultivo y cuidado Aglaonema es una planta que no presenta problemas en su cultivo, es fácil de cuidar y su mantenimiento no es complicado. Aunque sería difícil recrear en casa el clima del bosque tropical en el que la planta crece de forma natural, basta con ubicarla en una habitación cálida y rociarla con agua de vez en cuando para que crezca saludablemente.
La temperatura adecuada para cultivar aglaonema es de 20-24 grados Celsius. Durante los meses de otoño e invierno, esta cifra puede ser un poco más baja, pero es mejor no mantener la planta en una habitación donde la temperatura del aire sea inferior a 16 grados Celsius. También es recomendable limpiar y humedecer las hojas de la aglaonema con agua tibia para hidratarlas y eliminar el polvo acumulado.
Aglaonema — Riego
Un cuidado importante es el riego de la aglaonema. En primavera y verano, cuando la planta está en crecimiento, es mejor regarla dos veces por semana. Es recomendable verificar regularmente la humedad del sustrato y asegurarse de que esté ligeramente húmedo pero no empapado. Siempre es necesario eliminar el exceso de agua del plato de la maceta. Para proteger las raíces de la planta contra la pudrición, se puede utilizar una capa de drenaje con arcilla expandida en la maceta. En otoño e invierno, se puede regar la planta con menos frecuencia, ya que su necesidad de agua disminuye y basta con regarla una vez por semana.
Se recomienda usar agua del grifo que esté reposada para regar la planta.
Aglaonema — Fertilización
Es recomendable fertilizar la aglaonema solo durante su período de crecimiento, es decir, desde la primavera hasta el otoño. Se sugiere fertilizarla una vez cada dos semanas con un fertilizante especial para plantas ornamentales o verdes. El fertilizante debe diluirse en agua según las indicaciones del fabricante. En invierno, se debe suspender la fertilización de la planta.
Aglaonema — Ubicación
La planta crece mejor cuando se le proporciona un lugar luminoso con luz indirecta. No se recomienda colocarla en un alféizar con luz solar directa intensa, ya que puede quemar las hojas. Sin embargo, la planta se desenvuelve bien en lugares ligeramente más oscuros en nuestro hogar. Se puede colocar en alféizares orientados al norte y alejados de la ventana, en el interior de la habitación.
Las variedades con colores llamativos en las hojas necesitan un poco más de luz solar que las variedades con hojas verdes. Por lo tanto, se pueden colocar cerca de una ventana orientada al este, protegida por cortinas.
Aglaonema — Sustrato
La planta crece mejor en un sustrato rico, permeable y ligeramente ácido. Después de comprar la planta, es necesario trasplantarla a tierra fresca. Para este propósito, una mezcla de tierra tradicional mezclada con perlita y arena es adecuada. También es necesario agregar arcilla expandida o piedras pequeñas en el fondo de la maceta para garantizar un drenaje adecuado. Curiosamente, la aglaonema también se puede cultivar en hidroponía, es decir, en agua pura.

Aglaonema — Trasplante y Propagación
Es recomendable trasplantar la planta a una maceta más grande cada dos o tres años. No desarrolla un sistema de raíces extenso, por lo que no es necesario trasplantarla con frecuencia. Para esta planta, son adecuadas macetas bajas con fondo ancho, ya que sus raíces se expanden hacia los lados.
La propagación de la planta se puede hacer en primavera. Para ello, es necesario sacar la planta de la maceta, sacudir las raíces de la tierra y dividirlas con mucho cuidado en dos o más partes. Las plántulas divididas se colocan en macetas individuales y se cuidan según las recomendaciones anteriores, prestando atención a si las plantas están produciendo nuevas hojas. Al trasplantar la planta, es necesario usar guantes protectores para evitar que su savia dañina irrite la piel.
Aglaonema — Enfermedades y Plagas
Un cuidado inadecuado puede hacer que la aglaonema comience a amarillear o que aparezcan manchas marrones en sus hojas. A continuación, explicamos qué puede causar el empeoramiento del estado de la planta:
Las hojas de la aglaonema se vuelven amarillas: la causa puede ser un riego excesivo de la planta, pero también la presencia de plagas. Si las hojas están cubiertas de pequeños insectos blancos por debajo, significa que la planta ha sido atacada por pulgones. Se pueden combatir utilizando un spray especial. El amarilleo de las hojas también puede indicar clorosis y falta de nutrientes en el suelo. En este caso, es recomendable trasplantar la planta y comenzar a fertilizarla.
Las hojas de la aglaonema se secan, se arrugan y tienen manchas marrones: la causa suele ser el aire demasiado seco y la temperatura ambiente demasiado alta. Este problema suele ocurrir especialmente en la temporada de calefacción. En ese caso, es necesario asegurarse de humedecer las hojas mediante riego regular.
La Aglaonema es una flor hermosa pero peligrosa. No se puede negar su encanto, pero no se recomienda tenerla en un hogar con niños pequeños y mascotas. Es importante tener cuidado con ella y realizar todas las tareas de cuidado usando guantes, evitando tocar la cara.