Tienes una cocina sucia y llena de manchas?
¡Descubre este método esencial para limpiarla y hacer que vuelva a brillar!
Al limpiar tu cocina, es común realizar una limpieza superficial. A menudo, el tiempo apremia y solo se limpia la superficie, olvidando otros componentes importantes de la cocina. Sin embargo, es crucial limpiar los quemadores y rejillas de tu cocina para eliminar la suciedad acumulada y prevenir la aparición de óxido con el tiempo. Todo lo que necesitas hacer es seguir estos sencillos pasos.
Cómo limpiar bien la cocina?
En primer lugar, comienza por retirar todas las piezas que componen tu cocina, especialmente los quemadores de gas y las rejillas. Para darles un aspecto reluciente, comienza utilizando una solución de vinagre.
El vinagre es conocido por su potente efecto desengrasante y propiedades antisépticas. Para aprovechar estos beneficios, hierve 300 ml de agua y 700 ml de vinagre en un cazo. Luego, apaga el fuego y sumerge los quemadores y las rejillas en esta solución hasta que se enfríe.
Posteriormente, enjuaga las piezas de la cocina y frótalas con una esponja para eliminar las manchas difíciles. Sécalas completamente y vuelve a colocarlas en su posición original.
Qué producto natural debes utilizar para devolver el brillo a tus quemadores de gas?
Aunque el vinagre es excepcional para limpiar quemadores de gas, es posible que no sepas que otro ingrediente es esencial para tener una cocina impecable con un esfuerzo mínimo: el ácido cítrico.
Cada vez más solicitado en la limpieza doméstica, el ácido cítrico puede utilizarse de dos maneras para darle brillo a los quemadores de tu cocina. Sin embargo, la mezcla es la misma para ambos usos.
Necesitarás 150 gramos de ácido cítrico disueltos en un litro de agua hirviendo. Cuando la solución limpiadora esté lista, tienes dos opciones.
Puedes sumergir las rejillas y los quemadores en la solución aún caliente y dejarlos dentro antes de enjuagarlos.
Otra opción es verter la solución directamente sobre cada quemador, frotar ligeramente y dejar actuar durante una hora. Luego, enjuaga con agua y seca con un paño de algodón.