La sansevieria es una de las plantas de interior más apreciadas y comunes, ya que es fácil de cuidar y, al mismo tiempo, hermosa y elegante. Conocida por ser casi indestructible, aún requiere cuidados específicos para producir sus característicos y fragantes flores.

Originaria de África occidental, la sansevieria se vende en todo el mundo como planta decorativa. Prefiere lugares luminosos pero no expuestos a la luz directa del sol y necesita muy poca agua.
Una de las características de la sansevieria es que puede propagarse muy fácilmente, y de la misma manera se puede estimular la floración. A continuación, te explicamos cómo hacerlo.
Propagación de la sansevieria en agua
Al igual que muchas otras plantas de interior, la sansevieria se puede propagar en agua y a través de esquejes. Lo interesante de este tipo de propagación es que puedes obtener varias nuevas plantas a partir de una sola hoja larga.
Para crear los esquejes, simplemente corta una hoja lo suficientemente grande en la base de la planta, usando un cuchillo esterilizado.
Corta la hoja en trozos de aproximadamente 5-6 centímetros, realizando un corte horizontal.
Coloca los trozos de hoja en un frasco lleno de agua, con el corte hacia abajo. El agua debe cubrir el trozo de hoja aproximadamente hasta un tercio.
Coloca el frasco en un lugar luminoso y añade un poco de agua de vez en cuando. Cambia completamente el agua cada 2 semanas.
Una vez que las raíces alcancen los 2 centímetros de longitud, puedes plantar la hoja en tierra y esperar a que la planta crezca.
Estimular la floración de la sansevieria
Para lograr que la sansevieria florezca, es necesario aplicar algunos sencillos cuidados, desde la temperatura adecuada hasta la cantidad correcta de fertilizante.
La sansevieria requiere mucha luz, pero no luz solar directa. Aunque la planta puede sobrevivir en sombra, la luz es fundamental para la floración.
Esta planta tolera bien el calor, pero no el frío. Trata de proteger la sansevieria de cambios bruscos de temperatura y protégela del frío extremo.

Para obtener flores abundantes y fragantes, es fundamental aplicar un fertilizante específico; consulta con tu jardinero de confianza.
En cuanto al riego, la sansevieria es muy parecida a una suculenta y por eso se debe evitar regarla con demasiada frecuencia. Evita mojar sus hojas y, durante el invierno, riega solo dos veces al mes.