La orquídea es única en el sentido de que, incluso cuando parece estar muerta, puedes intentar infundirle una segunda vida. Si la orquídea tiene hojas y raíces podridas, pero al menos una hoja ha quedado sin afectar por la enfermedad, puedes cultivar una nueva planta saludable en poco tiempo a partir de ella.
PREPARACIÓN DE LA HOJA: Enjuaga a fondo la hoja saludable bajo agua corriente. Elimina el exceso de humedad de la hoja con un paño suave.
Será necesario utilizar cúrcuma para tratar la hoja. Esta especia contiene una variedad de nutrientes esenciales para todas las plantas. Además, la cúrcuma contiene sustancias con propiedades antibacterianas y fungicidas, lo cual es especialmente importante durante la recuperación de una planta enferma.
Vierte una cucharadita de cúrcuma en un litro de agua hirviendo y deja reposar hasta que se enfríe por completo. Filtra la solución y trata la hoja saludable con ella.
Coloca la hoja de la orquídea en un vaso. Vierte la infusión de cúrcuma en el vaso de manera que cubra ligeramente el tallo. Deja la hoja en esta posición durante 25 minutos. Después del tratamiento, deja la hoja durante 24 horas en un lugar fresco y seco.

PROCESO DE REGENERACIÓN: Para continuar con la regeneración de la hoja, es necesario crear una estructura con la tapa de un vaso de plástico y discos de algodón.
La estructura completa debe colocarse en una botella de cinco litros con el cuello cortado.
Coloca la orquídea sobre los discos de algodón. Vierte agua en el recipiente de manera que cubra ligeramente los discos de algodón, pero no toque la hoja en sí. La orquídea obtendrá toda la humedad necesaria del agua que se filtra de los discos de algodón.
Rocía regularmente la hoja y vigila el nivel del agua. Después de solo 10 días, notarás una tendencia positiva, y en otro mes, la hoja mostrará numerosas raíces fuertes y saludables. La orquídea estará lista para ser trasplantada a un lugar permanente, donde continuará su crecimiento activo.