Brotes en la orquídea pueden marchitarse por diversas razones, pero se pueden agrupar en tres principales. Si quieres conocer las causas y cómo prevenirlas, ¡lee los siguientes consejos!
La primera razón es la falta de nutrientes. Nitrógeno, fósforo y potasio son elementos esenciales para la vida normal de la orquídea.
En la naturaleza, la orquídea obtiene todo lo que necesita, pero en las limitadas condiciones del hogar, no tiene otra opción para obtener nutrientes que no sea el fertilizante que le proporcionamos. Por lo tanto, asegúrate de fertilizar tu orquídea según las instrucciones del envase del producto.
La segunda razón es la presencia de plagas. Si vives en una casa, el descubrimiento de insectos es bastante común. Los insectos que “muerden” a la orquídea le quitan los nutrientes necesarios para formar brotes. Por lo tanto, sigue una regla simple: ¡no descuides los tratamientos preventivos contra las plagas!

La tercera razón es el estrés. Este es uno de los motivos más importantes por los que la orquídea tiene brotes marchitos. Las situaciones estresantes para la orquídea son principalmente los cambios de temperatura. Ejemplos de estas situaciones incluyen:
- Un aumento brusco de 10 grados o más.
- Olvidar regar o, por el contrario, regar en exceso.
- Temperaturas constantemente altas en la habitación (más de 24 grados).
- Baja humedad.
- Falta de luz.
Incluso un aumento o disminución brusca de la presión atmosférica puede afectar a la orquídea: algunos brotes pueden comenzar a marchitarse incluso antes de formarse. Las razones pueden ser muy variadas y no todo se puede controlar. Observa tu orquídea y nota cuál es la situación correcta para ti, y luego intenta prevenirlo.