“GANCHOS DE PLÁSTICO EN EL HUERTO, NI TE IMAGINAS LO QUE SUCEDERÁ: EL SECRETO DE LOS AGRICULTORES”

Plantar tenedores de plástico en el jardín puede parecer una práctica extraña. Sin embargo, a menudo, son trucos simples los que salvan la cosecha y las plantas. Entre ellos, destaca el método secreto de los agricultores: plantar tenedores en el jardín.

El motivo puede sorprenderte. Así que ve a un supermercado cercano o a una tienda que venda cualquier cosa y compra un paquete de tenedores de plástico. Si quieres ahorrar y tienes la oportunidad, puedes comprarlos en línea o al por mayor. No, esta vez no los necesitarás para un picnic o para comer rápidamente sin lavar los platos. Esta vez, los necesitarás en el jardín.

Cada tenedor debe colocarse a unos diez centímetros uno del otro. El mango debe quedar debajo de la tierra, mientras que los dientes quedan hacia arriba. Debe haber alrededor de diez centímetros de distancia entre cada tenedor.

Por qué empezar a hacer esto

Los tenedores de plástico en el jardín evitarán que los depredadores y otros animales (como conejos, mapaches, etc.) se alimenten de tu cosecha antes que tú. De hecho, estos animales evitarán atravesar tu jardín y, si lo hacen, pueden lastimarse al pincharse en los tenedores.

Los roedores, lamentablemente, pueden causar pérdidas económicas significativas en los huertos, dañando las áreas cultivadas y transmitiendo enfermedades. Se alimentan de vegetales como zanahorias, berenjenas, tomates e incluso semillas.

A pesar de estos problemas, son seres vivos muy útiles para el ecosistema, ya que, por ejemplo, favorecen la aireación del suelo construyendo sus madrigueras. Por lo tanto, al usar tenedores de plástico en el jardín, simplemente los disuadirás y los mantendrás alejados.

Los tenedores de plástico en el jardín también pueden funcionar como disuasivos para todas esas aves que se alimentan de tus frutos y semillas. Al verlos, no se acercarán y, si lo hacen, se pincharán y huirán.

Todo esto sin necesidad de utilizar protecciones voluminosas a menudo inútiles o sustancias químicas peligrosas para ti y para quienes te rodean, además de las frutas de tu jardín.