Para que todas las semillas que plantas germinen rápidamente, es necesario tratarlas un poco. No puedes pasar por alto sumergirlas previamente en una solución estimulante del crecimiento. Pocos saben que uno puede fabricar tal agente por sí mismo.
Miel
Disuelve 1-2 cucharaditas de miel en un vaso de agua tibia. Mezcla bien y luego sumerge las semillas en la solución. Déjalas reposar durante aproximadamente 6 horas. Después, retíralas y sécalas.
Este líquido, ya sea el original o recién preparado, también se puede utilizar para regar. No solo ayuda en la germinación de los tallos, sino que también estimula su crecimiento futuro.
Jarabe de áloe
Lo mejor es usar una planta que tenga más de 3 años. Corta varios de los hojas más antiguas, envuélvelas en una bolsa y déjalas en el refrigerador durante aproximadamente dos horas. Comenzarán a producir hormonas de crecimiento. Luego, machaca estas hojas hasta obtener una pasta y mézclala con un vaso de agua. Deja la mezcla reposar durante una semana. Después, disuélvela en 2 litros de agua hirviendo.
Sumerge las semillas en esta solución durante un día. Al igual que el método anterior, el áloe también es adecuado para el remojo y riego. Además, fortalece la inmunidad de la planta.
Ceniza
Disuelve 3 cucharadas de ceniza en 1 litro de agua y deja que la mezcla repose en un recipiente durante aproximadamente una semana, agitándola ocasionalmente. Luego, cuela el líquido a través de varias capas de gasa y dilúyelo con agua en una proporción de 1:3.
Envuelve las semillas en un trozo de tela limpia empapado en la solución de ceniza. Deja reposar las semillas durante 2-3 horas. Luego, sécalas y siémbralas. La ceniza enriquecerá la planta con minerales.
Cáscara de cebolla
Pela 4-5 cebollas grandes. Vierte agua hirviendo sobre las cáscaras. Si tienes, agrega una cucharadita de ceniza. Mezcla los ingredientes y deja reposar la mezcla durante aproximadamente 3 días.

Cuela el líquido a través de varias capas de gasa y dilúyelo con agua en una proporción de 1:2. Remoja las semillas en la solución durante aproximadamente 6 horas. Luego, lávalas, sécalas y siembra en la tierra.
Al igual que el áloe, la cáscara fortalecerá la inmunidad de las plantas, reducirá la cantidad de mohos y bacterias dañinas en el suelo. Además, esta infusión contiene una gran cantidad de vitaminas y minerales.
Infusión de ortiga
Esta infusión solo se puede preparar en verano, ya que se hace de los brotes jóvenes de la ortiga. Sin embargo, no es menos efectiva que los métodos anteriores.
Machaca o tritura las hojas y tallos de la ortiga. Vierte agua tibia sobre la masa, deja la infusión reposar en un lugar oscuro durante 1-2 semanas y agita ocasionalmente. Con esta infusión, no solo puedes remojar las semillas, sino también las raíces o bulbos.
Levadura
Disuelve 100 g de levadura seca en 1 litro de agua tibia. Remoja un trozo de tela en esta solución. Envuelve las semillas en la tela. Luego, envuelve la tela con las semillas en una bolsa y déjala reposar en un lugar cálido.

Después de aproximadamente 6 horas, las semillas se hincharán. Sécalas y siembra en suelo descubierto. Al igual que la ceniza, la levadura se considera una bomba mineral.
Es importante remojar las semillas en agua tibia durante aproximadamente 2 horas antes de usar cualquier estimulante. En general, los jardineros experimentados recomiendan una amplia variedad de agentes para estimular el crecimiento de las semillas. Incluso incluyen la clara de huevo. ¿Y tú, cómo preparas tus semillas para plantar?