6 pasos que te ayudarán a revivir tu orquídea: ¡MI ORQUÍDEA ESTÁ COMO NUEVA!

ORQUÍDEAS PUEDEN SER UNO DE LOS INTERIOR MÁS EXIGENTES. SI TIENES UNA ORQUÍDEA CON HOJAS AMARILLAS O RAÍCES PODRIDAS Y EN GENERAL NO ESTÁ PROSPERANDO, NO LA DESHECHES, PORQUE SE PUEDE SALVAR. Hemos creado una guía para ayudarte a revitalizar tu orquídea.

PASO 1: REVISA TU ORQUÍDEA

Con cuidado, retira la orquídea de su maceta actual y examina las raíces. Deberías buscar raíces verdes y blancas. Aunque no queden hojas en la planta, las raíces pueden realizar la fotosíntesis, absorbiendo nutrientes del agua y el aire, lo que puede revitalizar la planta.

PASO 2: COLOCA LA ORQUÍDEA EN UN RECIPIENTE CON MUSGO

Plantar la orquídea con musgo es una excelente manera de evitar el crecimiento de hongos en las raíces. También ayuda a mantener la humedad adecuada para la planta. Sigue estos pasos para agregar musgo:

Adquiere un recipiente que sea más alto y tenga aproximadamente el mismo ancho que la maceta en la que estaba la orquídea. Coloca una pequeña cantidad de agua en el recipiente. Llénalo con 2-3 cm de musgo vivo. Luego, usa tijeras desinfectadas para cortar todas las raíces secas y coloca la orquídea sobre el musgo. Coloca el recipiente junto a la ventana para que la planta reciba abundante luz solar. Después de algunas semanas, comenzarán a brotar nuevos brotes de la vieja orquídea.

PASO 3: VUELVE A PLANTAR LAS ORQUÍDEAS

Después de algunas semanas, debería crecer una nueva orquídea a partir de la vieja. Cuando la nueva orquídea desarrolle hojas y raíces, sepárala de la antigua.

Obtén una maceta más pequeña o un cuenco. Coloca una pequeña cantidad de agua en el fondo del recipiente. Llénalo con musgo vivo. Coloca la nueva orquídea en el recipiente y espera unos días hasta que la planta desarrolle nuevas raíces y hojas.

PASO 4: TRASPLANTA LA ORQUÍDEA A UNA MACETA

Después de un tiempo, la nueva orquídea debería tener raíces nuevas que sean firmes al tacto y de color verde o blanco. La planta en sí debería tener hojas verdes. Luego, consigue un sustrato especial para orquídeas, que generalmente está compuesto por astillas de madera o musgo. Colócalo en una maceta que drene bien y tenga un diámetro de aproximadamente 10-15 cm. Después de trasplantar la orquídea, riega con agua destilada cada semana.

PASO 5: ENCUENTRA EL LUGAR ADECUADO PARA TU ORQUÍDEA

La orquídea debe recibir luz solar indirecta. Idealmente, colócala cerca de ventanas orientadas hacia el este. También puedes ubicarla en el lado oeste, lejos de la ventana, en un estante o mesa. Evita colocarla en la ventana norte, ya que no recibirá suficiente luz solar.

PASO 6: AJUSTA LA TEMPERATURA ADECUADA

Las orquídeas son plantas tropicales que prosperan en una temperatura constante sin fluctuaciones significativas durante todo el año. Necesitan una temperatura estable para prosperar. Durante el día, deben estar en una habitación con una temperatura de aproximadamente 23°C, y durante la noche, la temperatura debe rondar los 18°C. La temperatura máxima no debe superar los 32°C, y la temperatura mínima que la planta puede tolerar es -1°C.