“Nuestros 6 mejores consejos para cuidar de tus orquídeas”

La orquídea phalaenopsis es una flor que se considera requiere cuidados especiales. Sin embargo, si conoces los gestos adecuados y los consejos básicos, podrás asegurarte de tener una hermosa flor durante mucho tiempo. Y, sinceramente, estas flores son tan bonitas que dudarás en tener solo una. ¿Cómo cuidar de estas magníficas bellezas florales? Aquí tienes todos nuestros consejos de cuidado para atender bien a tus hermosas orquídeas phalaenopsis sin complicarte demasiado.

  1. Selecciona cuidadosamente la ubicación de la orquídea. La temperatura ideal para una orquídea se encuentra entre 18 y 21 °C. Le gusta la humedad, pero debes evitar fuentes de calor seco como chimeneas o incluso radiadores, y también protegerla de corrientes de aire.

Encuentra un lugar luminoso, pero no directamente expuesto a los rayos del sol. La luz directa puede quemar sus hojas. ¡Evita la luz solar directa! Si las ventanas tienen cortinas, eso puede ser adecuado. En invierno, coloca la orquídea cerca de una ventana para que reciba la máxima luz, incluso si la trasladarás más tarde. En esta temporada, los rayos solares no son perjudiciales y colocarla cerca de una ventana evitará que la orquídea carezca de luz. Un indicio: una orquídea que carece de luz produce hojas más largas y menos anchas.

  1. ¿Y en cuanto a la maceta? Prefiere una maceta transparente de plástico. De hecho, la maceta transparente te permitirá observar sus raíces, lo cual es una gran ventaja para el cultivo de orquídeas. Luego, puedes agregar un macetero si lo deseas. Las bolas de arcilla también son siempre beneficiosas para cualquier planta, especialmente para obtener hermosas flores.
  2. Riego de la orquídea. No uses agua dura (como la del grifo), ya que no lo tolerará. Prefiere agua de lluvia o agua mineral a temperatura ambiente. Mientras tenga agua no dura, estará bien. Un indicador para saber si es necesario regar es observar las raíces: ¡si están verdes, está bien! Si son grisáceas o el verde pierde su brillo, es necesario regar.

Una orquídea en flor se riega cada 8 o 10 días, mientras está en floración, y aproximadamente cada 15 a 20 días una vez que ha perdido sus flores. Ten en cuenta que si hace más calor, es probable que riegues más. No dejes agua estancada en el plato y espera a que la tierra se seque entre riego y riego. De lo contrario, hay riesgo de que las raíces se pudran. Entonces, coloca la maceta en un recipiente con agua durante unos minutos y luego escúrrela bien. A estas plantas les gustará unas gotas de limón, ya que les encanta la acidez, y esto puede contrarrestar los efectos del agua dura.

  1. Fertilizantes para orquídeas. No hay que abusar de ellos, ¡y sería prudente poner la mitad! Un fertilizante rico en potasio será bueno para el crecimiento de las flores y uno rico en nitrógeno será bueno para las hojas.
  2. Replantación. Esta operación se realiza cada dos años con una maceta ligeramente más grande, con un diámetro máximo de un centímetro para que la orquídea quede bien ajustada. Después de replantar, verifica que la orquídea no se mueva cuando sacudes la maceta. Como sustrato, puedes usar una mezcla homogénea de finas cortezas de pino (tratadas durante un día con alieta para eliminar ácaros y hongos), sphagnum seco o fresco y bolas de poliestireno.

¡Cuidado de no romper las raíces al momento de replantar una orquídea!

  1. Desfloración. Espera hasta que no quede ninguna flor antes de actuar. Corta los tallos florales por debajo de la primera flor, asegurándote de cortar por encima del nudo desde donde saldrá el nuevo tallo floral. Luego, coloca todo en un jarrón lleno de agua de lluvia a la que le hayas agregado algunas gotas de jugo de limón y fertilizante. Después de cortar, coloca la orquídea en un lugar más fresco (aproximadamente entre 15 y 13 °C como mínimo) durante unos días.

El crecimiento puede llevar mucho tiempo. Debes ser muy paciente. A veces, lleva semanas, meses… ¡o incluso años!