Muy apreciadas por su gran belleza y su fragancia encantadora, las rosas se encuentran entre las flores más populares en jardines de todo el mundo. Sin embargo, como todas las plantas, los rosales son lamentablemente vulnerables a enfermedades y plagas que pueden obstaculizar su crecimiento y salud, además de afectar su atractivo encantador e incluso llevarlos a la muerte. Aunque siempre es posible utilizar productos fitosanitarios químicos para hacerles frente, muchos jardineros prefieren utilizar soluciones naturales para evitar contaminar el planeta, comprometer su salud y, sobre todo, proteger la biodiversidad en el jardín y el huerto. Descubre, por lo tanto, las enfermedades comunes de los rosales y tratamientos naturales para mantener tus plantas queridas en buen estado de salud.
Cuáles son las enfermedades más comunes de los rosales? ¿Cómo reconocerlas y tratarlas?
- Oídio del rosal Con condiciones climáticas agradables o fuertes variaciones de clima, un hongo microscópico comienza a desarrollarse. Se observa entonces un polvo blanco, especialmente en los brotes jóvenes. Como si este “polvo blanco” en los botones florales, los brotes jóvenes y luego en las hojas no fuera suficiente, se observa rápidamente que las hojas se deforman.
Para prevenirlo, es crucial evitar mojar las hojas durante el riego. Entre los tratamientos naturales contra el oídio de los rosales, el extracto de cola de caballo en pulverización es una opción clásica, al igual que la decocción de tallos de cola de caballo. Se prepara macerando aproximadamente 50 g de cola de caballo seca en 1 litro de agua de lluvia durante 2 a 3 horas, luego se hierve el recipiente durante 20 minutos antes de filtrar y diluir la solución al 20% antes de aplicar. Si el ataque es leve, a veces simplemente eliminar las partes afectadas puede ser suficiente.
- Roya del rosal La roya del rosal es una de las enfermedades criptogámicas temidas por el jardinero. Las esporas de este hongo se propagan por el viento desde la primavera hasta el otoño. Forman abultamientos en el dorso de las hojas. Luego se observan rápidamente pústulas amarillas anaranjadas o marrones oscuros, y a veces también negras, aunque esto es más raro. La otra cara de la hoja tampoco se salva: aparecen manchas que con el tiempo decolorarán el magnífico follaje de las rosas afectadas. Cuando la infestación es importante, también es común ver caer las hojas después de la decoloración.
Para prevenir la roya, se aconseja comúnmente alejar las plantas que son muy propensas a ella (como la malva) para evitar una propagación demasiado fácil. Una vez establecida, es esencial eliminar las hojas contaminadas y rociar con extracto de cola de caballo (disponible en tiendas de jardinería, en la sección orgánica) o purín de cola de caballo.
- Pulgones Colonias de insectos verdes o rojos se encuentran en la planta, especialmente en los brotes jóvenes (que pueden deformarse) o en los botones florales. Además de debilitar la planta, el pulgón también puede, desafortunadamente, favorecer la aparición de enfermedades en el rosal, debilitándolo aún más y dejando daños más visibles. Cuando la invasión es muy fuerte, también se puede observar la presencia de melaza pegajosa en las hojas.
Como medida preventiva, en primavera, no dudes en regar tres veces con dos semanas de diferencia la base de tus rosales con una solución de purín de ortigas. Para un efecto curativo, opta por agua jabonosa con jabón negro o purín de helecho aplicado por la noche. La lucha biológica con larvas de mariquitas también es eficaz. También puedes plantar plantas repelentes de pulgones cerca de tus rosales para formar una barrera natural.
- Enfermedad de las manchas negras
La enfermedad de las manchas negras (también llamada marsonia) se explica por la presencia de un hongo que tiende desafortunadamente a hibernar en las hojas muertas. Se reconoce principalmente por la presencia de manchas negras o violetas circulares en hojas que pueden amarillear. Esta enfermedad afecta principalmente al nuevo follaje, que presenta una epidermis más delgada. Por lo tanto, es esencial estar atento para poder actuar rápidamente y tratar el rosal, de lo contrario, todo el follaje inevitablemente se contamina antes de caer.
En otoño, asegúrate de limpiar bien tus rosales para evitar que esta enfermedad hiberne y regrese en los meses siguientes. Para hacerlo, elimina la madera muerta y todas las hojas enfermas. Aplica una solución preventiva de caldo bordelés. En caso de inicio de la enfermedad, elimina las hojas afectadas para reducir los riesgos de propagación y rocía una solución a base de extracto de cola de caballo.
- Clorosis del rosal La clorosis es muy común cuando se planta un rosal en suelo calcáreo o demasiado pesado. Esto expone a las plantas a deficiencias minerales, especialmente de hierro. La planta se empobrecerá en clorofila y se marchitará lentamente. Luego, se pueden ver las hojas amarillear y solo las venas permanecerán bien verdes.
Por lo general, se trata esta enfermedad con quelato de hierro que se agrega al agua de riego (generalmente disponible como anti-clorosis en el comercio). La adición de turba también puede ser beneficiosa, al igual que el uso de compost y mulch de calidad para alimentar el suelo. Y sobre todo, recuerda siempre comprar tus rosales de un vivero local. Podrá ofrecerte portainjertos adaptados al suelo de tu región, lo que reducirá el riesgo de deficiencia. Al agregar compost de calidad en el momento de la plantación y haciendo un agujero amplio, aumentarás todas las posibilidades de evitar esta enfermedad.
Otras enfermedades y parásitos a tener en cuenta en los rosales Es muy difícil revisar todas las enfermedades e insectos perjudiciales que pueden atacar a los rosales, así como todos los tratamientos posibles. Sin embargo, aquí hay algunas menciones honorables para ayudarte a estar preparado durante todo el período de floración de tus rosales:
- Fumagina: este hongo se desarrolla en el rocío dejado por los pulgones. Rápidamente, el follaje se cubre con una capa negra poco estética. Entonces, es necesario tratar tanto contra los pulgones como contra esta enfermedad criptogámica.
- Pudrición gris (o botritis): los capullos de las rosas comienzan a pudrirse, especialmente en tiempo lluvioso. Recuerda quitar los capullos enfermos y aplicar un fungicida.
- Ácaros rojos: estos ácaros hacen que las hojas se decoloren y caigan. Encuentra una solución natural aquí.
- Cochinilla: un insecto que succiona la savia de los rosales. Proporcionamos tratamientos naturales aquí.
- Pudrición de la raíz: con esta, el rosal se marchita lentamente debido a su pelusa blanca que huele a hongo podrido y hace que las raíces se pudran. Evita esparcir estiércol fresco y arranca los rosales afectados.
- Cáncer: aquí se observarán llagas necrosadas en las ramas. Es necesario cortar rápidamente las ramas afectadas y tratar con cobre después de la caída de las hojas.
Cómo evitar las enfermedades de los rosales La reina de las flores no está necesariamente destinada a sufrir enfermedades y a ser invadida por parásitos no deseados. De hecho, como la mayoría de las plantas verdes (ya sea en exteriores o interiores), simplemente reunir las condiciones adecuadas de cultivo puede reducir el riesgo de enfermedades parasitarias o criptogámicas. Idealmente, elige un lugar soleado y ventilado con un suelo ligero y neutro. Si tienes un suelo calcáreo, prefiere plantar portainjertos como el rosal silvestre.
Además, evita cultivar tus rosales en macetas, ya que las rosas necesitan desarrollar bien sus raíces. Si no quieres debilitarlas, ayúdalas a desarrollar su potente sistema de raíces. Finalmente, elige bien tu variedad de rosales, ya que algunas son más resistentes a las enfermedades. Este es el caso, por ejemplo, de los rosales modernos (Fairy, Polka, Mayflower, Punch, Sunset Boulevard…). También puedes elegir un rosal antiguo (Roseraie de L’Haÿ, Blanc Double de Coubert o Salet), así como algunos rosales trepadores (Albertine, Ghislaine de Féligonde o Bobbie James) que también muestran resistencia.