Lomos blancos: cómo tratar eficazmente tus plantas.

El cuidado de las plantas está lleno de obstáculos y desafíos más o menos fáciles de superar. Esto es especialmente cierto en caso de invasión de parásitos que causan daño. De hecho, los insectos fitófagos no son raros. Este término se refiere a pequeñas plagas perjudiciales que atacan a frutas, hojas, bulbos y otros tubérculos. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, los gorgojos que atacan las semillas, los pulgones que aman la savia de las plantas, y las moscas del sustrato. Sin embargo, los gusanos blancos también forman parte de esta categoría. Aunque generalmente se aprecian en el jardín porque airean la tierra y contribuyen al ecosistema, estas larvas blancas de escarabajo son los enemigos declarados del jardín y la huerta.

¿Por qué los gusanos blancos son un problema? Los escarabajos depositan sus huevos en tierras cálidas y sueltas. Luego, los huevos se desarrollan en el suelo hasta alcanzar el estado larval. Durante este ciclo de vida, las larvas de escarabajo se vuelven muy voraces. Invaden montones de compost y también atacan a plantas ornamentales, rosales y otras plantas del jardín, mientras que los escarabajos adultos invaden los árboles frutales. Se reconoce su paso por un crecimiento más lento y plantas que se ponen amarillas. Si los jardineros no hacen nada frente a los daños causados por las larvas de escarabajo, las plantaciones afectadas terminan muriendo.

Esto también es malo para la huerta, ya que les encantan los tubérculos y las raíces de diversas plantas (perennes, papas, zanahorias, arbustos, nabos, remolachas, etc.). ¡En cultivos jóvenes, estos bichos pueden causar estragos! Estos pequeños glotones cortan los cuellos y raíces de las plantas jóvenes. Como resultado, no tienen tiempo para desarrollarse. Las plantas más desarrolladas también quedan bien mordidas. Por lo tanto, no se han ganado su estatus de plagas, ¡de ahí la importancia de la lucha biológica!

Para deshacerte de los gusanos blancos sin complicaciones, aquí tienes la técnica más sencilla. Un método de la abuela efectivo consiste en usar inteligentemente el azufre contenido en nuestras cerillas. Para ello, simplemente planta las cerillas boca abajo en la tierra, como si estuvieras ahuyentando mosquitos en las plantas. ¡Querido jardinero, no pongas más de cuatro o cinco! Eso será más que suficiente. Con cada riego, el azufre se liberará en la tierra y los gusanos blancos entenderán que ya no son bienvenidos. De esta manera, habrás salvado tus plantas cultivadas sin hacer demasiado esfuerzo ni utilizar pesticidas químicos contra el voraz gusano blanco.

Otras métodos a considerar: Es posible recogerlos y colocarlos en un plato para ofrecerlos como comida a sus depredadores naturales. De hecho, este es el tipo de manjar que hará felices a erizos o pájaros. Además, deja que las topos se instalen en tus tierras. ¡Estos pequeños mamíferos aumentarán tus posibilidades de eliminarlos! Además, un césped denso y alto no es propicio para la puesta de huevos de los insectos adultos. Finalmente, es posible plantar trébol (y otras especies de cubierta vegetal que les resisten bien) o plantas tóxicas para ellos, como geranios o espuelas de caballero.