Enfermedades del huerto: 4 consejos muy simples para evitarlas.

En el jardín, ya nos enfrentamos a numerosos insectos perjudiciales y plagas (áfidos, babosas, escarabajos, etc.) para nuestros arbustos y plantaciones en general. Desafortunadamente, como si eso no fuera suficiente, todo tipo de enfermedades también acechan en el huerto (mildiú, oidio, alternaria, cribado del duraznero…), pudiendo dejar algunas plantas de hortalizas y árboles frutales en mal estado. Esto es especialmente cierto en el caso de las enfermedades criptogámicas, que depositan sus esporas patógenas en todas partes si no se hace nada para frenar el avance de la enfermedad mediante productos fitosanitarios fungicidas convencionales o alguna de esas buenas viejas decocciones de la abuela en pulverización para combatir los hongos que invaden todas las partes de la planta. Sin embargo, una enfermedad en una plantación siempre es desafiante tanto para las plantas como para los jardineros. Así que descubre algunos trucos y consejos de jardinero para evitar enfermedades en el huerto.

  1. Algunos buenos hábitos básicos para evitar enfermedades en el huerto Para asegurar la buena circulación de aire y sol dentro de las plantas, es crucial espaciar adecuadamente las plantas y podar tanto las ramas como las hojas que sobresalen. Esto creará condiciones menos propicias para el desarrollo de enfermedades criptogámicas. Además, sea o no que haya habido una enfermedad, practicar la rotación de cultivos es crucial. Esto evita empobrecer el suelo y, sobre todo, evita que un virus o hongo prolifere en la misma planta año tras año. Evita mantener la misma plantación en una parcela de tierra durante más de dos años consecutivos. Finalmente, si aparecen enfermedades en el huerto, elimina las partes y hojas afectadas por la podredumbre gris o las manchas marrones al primer síntoma. Luego, asegúrate de quemar bien las hojas muertas y desinfecta las herramientas de poda utilizadas en una planta enferma con alcohol al 90°. Esto eliminará las bacterias y evitará la propagación debido a las tijeras de podar.
  2. Regar en la base de las plantas y no en el follaje Por la prisa, a veces podemos hacer las cosas un poco menos bien. Sin embargo, las hojas de tomates, calabazas, frijoles o berenjenas tienden a ser rugosas. Como resultado, retienen mejor la humedad, lo que es propicio para el desarrollo de las principales enfermedades fúngicas en el huerto que queremos evitar. Ya sea con una manguera, riego por goteo o manguera porosa, riega la base de las plantas. Además, evita regar demasiado tarde; el suelo podría permanecer húmedo durante toda la noche, y eso es lo que esperan los microorganismos para proliferar.
  3. Elegir las variedades adecuadas y cuidarlas Si una variedad elegida resulta estar enferma, no dudes en cambiarla la próxima vez, incluso optando por semillas más resistentes. Si vives en una región fría, prefiere los tomates tempranos. En cuanto a las regiones cálidas, evita el calor intenso eligiendo variedades de primavera y otoño/invierno para tus guisantes, puerros y espinacas. En resumen, ten en cuenta la ubicación de tu jardín para elegir las frutas y verduras adecuadas. Después de esto, nunca descuides el riego y la fertilización para mantener tus semillas vigorosas y resistentes. Un fertilizante orgánico permitirá un crecimiento equilibrado sin sobresaltos. Finalmente, considera los fortificantes naturales para estimular el crecimiento de las plantas jóvenes, como los extractos de plantas como las ortigas o la consuelda.
  4. Los buenos productos para evitar enfermedades en el huerto Aplicar buenos hábitos es una cosa, pero recibir ayuda de algunos productos protectores para el jardín nunca está de más.
  • La cola de caballo como medida preventiva: la solución a base de extracto de cola de caballo actúa contra el mildiú, el oidio, la roya y, en general, contra las enfermedades relacionadas con hongos parásitos. Se diluye en agua de lluvia o de manantial antes de pulverizarla sobre y debajo de las hojas.
  • El azufre para el tratamiento del oidio: en forma de polvo o líquido diluible, el azufre es un fungicida preventivo y curativo útil para combatir la sarna, la erinosis, y también el oidio. Simplemente se pulveriza sobre las plantas afectadas para tratarlas. Ten en cuenta que, por encima de los 28°C, se vuelve tóxico. Y por debajo de los 15°C, es mejor optar por el cobre.
  • El cobre para un tratamiento de choque contra el mildiú: mucho mejor que la mezcla bordelaise, el hidróxido de cobre se pulveriza como medida preventiva o cada 8 a 10 días como tratamiento para combatir el mildiú en las plantas.