Potager y jardín: 7 consejos para cultivar de manera económica.

Además de ser bueno para el ánimo, la jardinería permite aliviar un poco nuestra cartera. En efecto, gracias a un pequeño rincón de huerto, podemos prescindir de pesticidas y otros productos fitosanitarios químicos en nuestra alimentación, al tiempo que cultivamos frutas y verduras que disfrutaremos durante todo el año.

¡Ya no es necesario arruinarse comprando en los supermercados cuyos precios están en constante aumento! Sin embargo, para realmente ahorrar en el jardín, es esencial implementar trucos para evitar gastar dinero innecesariamente. Todos los productos y materiales utilizados para la jardinería tienen un costo. Así que aquí tienes algunos consejos para jardinear de manera más inteligente y lograr ahorros aún más significativos. ¡Para jardinear de manera astuta y económica!

  1. Mejor gestión del agua para jardinear de manera astuta y económica El agua es un recurso escaso y valioso, pero también puede salirnos caro si no prestamos atención para no desperdiciarla. Si es posible, asegúrate de instalar un recolector de agua para obtener agua de lluvia, ideal para la jardinería. Esto te permitirá abastecerte durante gran parte del año. En casa, también puedes recolectar agua con un recipiente (especialmente los litros desperdiciados mientras esperamos que el agua de la ducha se caliente). En cuanto al agua de cocinar vegetales, puedes usarla enfriada y sin sal para regar y alimentar tus plantas, o caliente y salada para deshacerte de las malas hierbas.

Asegúrate también de no regar más de lo necesario. Investiga bien antes sobre las necesidades de la planta y observa su estado de salud. Por ejemplo, muchas plantas requieren que la tierra esté seca antes de volver a regar. Además, las papas o cebollas que maduran se benefician al mantenerse secas. Finalmente, riega en el momento adecuado del día. Si riegas cuando el sol está fuerte, el agua se secará y evaporará antes de llegar a las raíces de las plantas.

  1. Comenzar con el compostaje para jardinear de manera económica La aplicación de fertilizantes permite fertilizar las plantaciones proporcionándoles todos los nutrientes necesarios. Para hacerlo, un jardinero prudente no dudará en hacer su propio compost con desechos verdes y marrones. Reutilizando los residuos de la cocina y del jardín, puedes obtener un humus rico en nitrógeno, fósforo y potasio, todos esenciales para el buen crecimiento de tus plantas. Además, nada impide que recojas los desechos de tus vecinos o familiares para formar más rápidamente un pequeño montón. ¡Seguramente estarán encantados de ayudarte! De esta manera, podrás ahorrar en desplazamientos a la tienda de jardinería para comprar fertilizantes químicos o abonos verdes costosos.
  2. El acolchado: el mejor aliado del jardinero económico

Que sea con césped seco, paja, virutas de madera o incluso mantillo comprado en comercios (como rastrojos de maíz o virutas de lino, que resultan muy rentables), podrás crear un acolchado. Este puede evitar la formación de malezas (limitando así la necesidad de gastar cada año en herbicidas) y reducir la necesidad de regar durante los días de mucho calor. De hecho, el acolchado es una solución muy económica que alimenta el suelo y lo protege. Además, atraerá a los gusanos de tierra que airearán el suelo y a microorganismos beneficiosos para tener un sustrato rico y acogedor para las plantas.

Dato curioso: las cáscaras de nuez y las piñas pueden usarse como acolchado.

  1. Obtener semillas y siembras a bajo costo Producir tus propias semillas y guardarlas para reutilizarlas el año siguiente ya es una práctica común. Sin embargo, algunos jardineros van más allá al participar en intercambios de plantas y semillas, o incluso donarlas a otros entusiastas, ya sea en línea o en encuentros locales. Algunas comunidades también organizan donaciones de compost, esquejes, plantas o mariquitas para ayudar a controlar los pulgones. Investiga sobre ferias de flores y otros eventos relacionados con la jardinería para obtener más plantas sin gastar dinero. Este tipo de eventos no escasea con la llegada de la primavera.
  2. Hacer tus propios purines y decocciones para jardinera económica Ortigas, consuelda, cola de caballo, saúco… Utiliza plantas del jardín o recolectadas en prados, campos y bosques para preparar purines, maceraciones, decocciones e infusiones que pueden servir como tratamiento repelente contra insectos no deseados o como tratamiento si ya hay plagas o enfermedades criptogámicas en el jardín. Y, por supuesto, también se puede utilizar para fertilizar el jardín.

La ventaja de esta técnica es que no requiere ningún equipo o ingrediente especial, al menos nada que no se tenga ya en casa (agua, plantas, cubo y olla grande). Además, se puede anticipar la preparación de estas recetas en función de los problemas encontrados en años anteriores. Esto permite actuar preventivamente contra enfermedades e infestaciones y no tener que correr a la tienda a comprar una solución química costosa en caso de emergencia.

Dato curioso: descubre las plantas a utilizar y sus virtudes aquí.

  1. Reciclar tanto como sea posible Todos los recipientes pueden ser útiles. Por ejemplo, las bandejas de poliestireno son adecuadas para los semilleros, al igual que las mini invernaderos. También se pueden usar cartones de huevos (incluso la cáscara en sí) para cultivar plántulas resistentes. En cuanto a los recipientes de requesón, es conveniente guardarlos para plantar plántulas en macetas, permitiendo que el agua se escurra al fondo del recipiente para evitar que se pudran. En resumen, con un poco de ingenio, siempre es posible reciclar los desechos de manera útil. También considera comprar tus herramientas de segunda mano o alquilar una cortadora de césped o desbrozadora a un particular si no las usas con frecuencia.
  2. La anticipación para jardinear de manera más económica

Evita lanzarte a tus cultivos a ciegas. De hecho, producirás más y mejor, todo sin comprar semillas o plantas, al planificar mínimamente tu calendario de siembra. Tener una visión precisa de lo que vas a plantar y cuándo te permitirá llevar a cabo una jardinería más eficiente mientras optimizas el espacio disponible en tu jardín, especialmente si también deseas rotar tus cultivos. Además, realizar este trabajo de previsión también ayudará a combatir enfermedades e infestaciones.

Por ejemplo, si no arrancas las plantas de judías al final de la cosecha y simplemente cortas la planta sin quitar las raíces, podrás plantar lechugas encima que se beneficiarán de su descomposición. Además, puedes plantar patatas a finales de marzo o principios de abril (con velo de protección) para evitar el mildiú, sembrar zanahorias en julio contra el gusano o reducir el riesgo de que los trips ataquen tus guisantes y cebollas sembrándolos temprano en primavera. Por último, considera plantar plantas repelentes contra los pulgones con anticipación para evitar este problema durante la temporada alta. Ahorrarás en productos fitosanitarios con estas medidas muy simples basadas en una cosa: la planificación.