5 enfermedades comunes del rosal (cómo reconocerlas y tratarlas)

Muy apreciadas por su gran belleza y su fragancia encantadora, las rosas se encuentran entre las flores más populares en los jardines de todo el mundo. Sin embargo, como todas las plantas, los rosales son lamentablemente vulnerables a enfermedades y plagas que pueden obstaculizar su crecimiento y salud, además de dañar su atractivo encantador e incluso llevarlos a la muerte. Aunque siempre es posible recurrir a productos fitosanitarios químicos para combatirlos, muchos jardineros prefieren utilizar soluciones naturales para evitar contaminar el planeta, envenenar su salud y, sobre todo, proteger la biodiversidad en el jardín y en el huerto. Descubre, por lo tanto, las enfermedades comunes de los rosales, así como tratamientos naturales para mantener saludables a tus queridas plantas.

Cuáles son las enfermedades más comunes de los rosales? Cómo reconocerlas y tratarlas?

  1. Oídio del rosal Aprovechando temperaturas agradables o fuertes variaciones climáticas, un hongo microscópico comienza a desarrollarse. Se observará entonces un polvo blanco, especialmente en los brotes jóvenes. Como si este ‘polvo blanco’ en los botones florales, los brotes jóvenes y luego en el follaje no fuera suficiente, se verá rápidamente que las hojas se deforman.

En prevención, es imprescindible evitar rociar agua sobre el follaje al momento de regar. Entre los tratamientos naturales contra el oídio de los rosales, el extracto de cola de caballo en pulverización es infalible, al igual que la decocción de tallos de cola de caballo. Se prepara macerando aproximadamente 50 g de cola de caballo seca en 1 litro de agua de lluvia durante 2 a 3 horas, luego se hierve el recipiente durante 20 minutos antes de filtrar y diluir la solución al 20% antes de aplicar. Si el ataque es moderado, a veces simplemente eliminar las partes afectadas puede ser suficiente.

  1. Roya del rosal

La roya del rosal es una de las enfermedades criptogámicas temidas por los jardineros. Las esporas de este hongo se propagan con el viento desde la primavera hasta el otoño, formando abultamientos en el dorso de las hojas. Rápidamente se observan pústulas amarillas anaranjadas o marrones oscuros, y a veces incluso negruzcas, aunque esto último es más raro. La parte inferior de la hoja tampoco se salva: aparecen manchas que con el tiempo descoloran el hermoso follaje de las rosas afectadas. Cuando la infestación es severa, no es raro que las hojas caigan después de descolorarse.

Para prevenir la roya, se aconseja comúnmente alejar las plantas muy propensas (como la rosa malva) para evitar una propagación demasiado fácil. Una vez establecida, es esencial eliminar el follaje contaminado y pulverizar extracto de cola de caballo (disponible en tiendas de jardinería, en la sección de productos orgánicos) o purín de cola de caballo.

  1. Los pulgones Colonias de insectos verdes o rojos se encuentran en la planta, especialmente en las jóvenes brotes (que pueden deformarse) o en los botones florales. Además de debilitar la planta, el pulgón lamentablemente puede favorecer la aparición de enfermedades en el rosal, debilitándolo aún más y causando daños más visibles y notables. Cuando la invasión es muy fuerte, también se observará la presencia de melaza pegajosa en las hojas.

Como medida preventiva, en primavera, riegue tres veces con dos semanas de diferencia al pie de sus rosales con una solución de purín de ortigas. Para un efecto curativo, opte por agua con jabón negro o purín de helecho aplicado por la noche. El control biológico con larvas de mariquitas también es eficaz. También puede plantar plantas repelentes de pulgones cerca de sus rosales para formar una barrera natural.

  1. La enfermedad de las manchas negras La enfermedad de las manchas negras (también llamada marsonia) se debe a la presencia de un hongo que tiende a hibernar en las hojas muertas. Se reconoce principalmente por la presencia de manchas negras o moradas circulares en hojas que pueden amarillear. Esta enfermedad afecta principalmente al nuevo follaje, que tiene una epidermis más delgada. Por lo tanto, es esencial estar atento para poder actuar rápidamente y tratar el rosal, de lo contrario, todo el follaje inevitablemente se contagiará antes de caer.

En otoño, asegúrese de limpiar bien sus rosales para evitar que esta enfermedad hiberne y regrese en los meses siguientes. Para hacerlo, elimine la madera muerta y todas las hojas enfermas. Aplique caldo bordelés como tratamiento preventivo de base. En caso de inicio de la enfermedad, elimine las hojas afectadas para reducir los riesgos de propagación y pulverice una solución a base de extracto de cola de caballo.

  1. La clorosis del rosal

La clorosis es muy común cuando se planta un rosal en suelos calcáreos o demasiado pesados. Esto expone a las plantas a deficiencias minerales, especialmente de hierro. La planta se empobrecerá en clorofila y se marchitará lentamente. En este caso, las hojas pueden amarillear y solo las venas permanecerán bien verdes.

Generalmente, se trata esta enfermedad con quelato de hierro que se añade al agua de riego (generalmente disponible como antclorosis en el comercio). También puede ser beneficioso agregar turba, así como utilizar compost de calidad y mulch para nutrir el suelo. Y sobre todo, recuerda siempre comprar tus rosales de un vivero local. Un viverista local puede ofrecerte portainjertos adaptados al suelo de tu región, lo que reduce el riesgo de deficiencias. Al agregar compost de calidad al momento de la siembra y haciendo un agujero amplio, aumentarás todas las posibilidades de evitar esta enfermedad.

Otras enfermedades y plagas a tener en cuenta en los rosales Es muy difícil revisar todas las enfermedades y todos los insectos perjudiciales que pueden atacar los rosales, así como todos los tratamientos posibles. Sin embargo, aquí hay algunas menciones honorables para ayudarte a estar preparado durante todo el período de floración de tus rosales:

  • Fumagina: este hongo se desarrolla en la melaza dejada por los pulgones. Rápidamente, el follaje se cubre con una capa negra muy antiestética. En este caso, es necesario tratar tanto contra los pulgones como contra esta enfermedad criptogámica.
  • Pudrición gris (o botritis): los botones de las rosas comienzan a pudrirse, especialmente en tiempo lluvioso. Recuerda eliminar los botones enfermos y aplicar un fungicida.
  • Ácaros rojos: estos ácaros hacen que las hojas se decoloren y caigan. Encuentra una solución natural aquí.
  • Cochinilla: un insecto que succiona la savia de los rosales. Hemos proporcionado tratamientos naturales aquí.
  • Pourridié: con esta enfermedad, el rosal se marchita lentamente debido a su pelusa blanca que huele a hongo podrido y hace que las raíces se pudran. Evita esparcir estiércol fresco y arranca los rosales afectados.
  • Cancro: aquí se observarán llagas necróticas en las ramas. Será necesario cortar rápidamente las ramas afectadas y tratar con cobre después de la caída de las hojas.

Cómo evitar las enfermedades de los rosales?

La reina de las flores no está necesariamente destinada a sufrir enfermedades y ser infestada por parásitos no deseados. De hecho, al igual que la mayoría de las plantas verdes, ya sean exteriores o interiores, el simple hecho de reunir las condiciones de cultivo adecuadas puede reducir el riesgo de enfermedades parasitarias o criptogámicas. Idealmente, se debe elegir una ubicación soleada y bien ventilada con un suelo ligero y neutro. Si tienes un suelo calcáreo, es preferible plantar portainjertos como el escaramujo.

Además, evita cultivar tus rosales en macetas, ya que las rosas necesitan desarrollar bien sus raíces. Si no quieres debilitarlas, ayúdalas a desarrollar su sistema radicular fuerte. Por último, elige cuidadosamente la variedad de tus rosales, ya que algunas son más resistentes a las enfermedades. Este es el caso, por ejemplo, de los rosales modernos (Fairy, Polka, Mayflower, Punch, Sunset Boulevard…). También puedes optar por un rosal antiguo (Roseraie de L’Haÿ, Blanc Double de Coubert o Salet), así como algunos rosales trepadores (Albertine, Ghislaine de Féligonde o Bobbie James), que también demuestran ser robustos.