“4 tipos de hojas que nunca deben colocarse en la compostera”

En otoño, la luminosidad disminuye y afecta al proceso de fotosíntesis. Para sobrevivir, los árboles dejan caer sus hojas para poder concentrar su savia en el tronco y las ramas en previsión de un invierno duro. En esta época del año, los jardineros suelen tener menos trabajo en el jardín, pero eso no significa que puedan quedarse de brazos cruzados. De hecho, deben ocuparse especialmente de todas las hojas muertas que cubren el suelo. Algunos prefieren dejar las hojas donde están, pero muchos las recogen y deciden reciclarlas, especialmente añadiéndolas al compost. Sin embargo, lamentablemente, no todas las hojas pueden ir al compost. Descubre cuáles no puedes compostar.

Estas son las hojas que no debes poner en el compost: Ya lo sabrás: está prohibido quemar residuos verdes bajo riesgo de recibir una multa (a menos que haya una excepción). A veces, los jardineros deciden deshacerse de las hojas muertas. Sin embargo, en jardinería, como se suele decir, “nada se pierde, todo se transforma”. Es posible utilizarlas para hacer tierra de hojas secas o para proteger las plantaciones e insectos beneficiosos del jardín contra el frío, así como para usarlas como mantillo en primavera. Finalmente, también puedes ponerlas en la compostera para aprovechar su riqueza en nitrógeno y carbono y así ayudar al crecimiento de tus plantas.

Sin embargo, algunas hojas contienen sustancias o posibles enfermedades que pueden poner en peligro la calidad de tu montón de compost. Esto incluye:

  1. Hojas de cistus: sus compuestos alelopáticos persisten durante mucho tiempo en el compost y pueden afectar el crecimiento de tus plantas.
  2. Hojas de nogal: contienen juglona, que tiende a interferir con la germinación de las plantas.
  3. Hojas de laurel, plátano, glicina o aligustre: estas hojas son muy gruesas y tardan mucho tiempo en descomponerse. Pueden impedir que el agua penetre correctamente en el suelo.
  4. Hojas de huerto y de plantas enfermas: antes de agregar hojas de rosales, cultivos de huerto o árboles frutales al compost, siempre asegúrate de que no tengan manchas, insectos perjudiciales o signos de enfermedades. Las plantas de huerto, por ejemplo, son más propensas al oídio, que puede sobrevivir más fácilmente en un buen compost que el mildiú. Por lo tanto, podría infectar tus plantas sanas después de esparcir el humus obtenido al compostar.

¿Qué hacer con las hojas que no se pueden compostar?

En cuanto a las hojas gruesas que tardan en descomponerse, hay varias soluciones. Por ejemplo, se puede planificar un “compost rápido” y un “compost largo”. En este último, se colocarán por separado todos los elementos que tardan más en descomponerse. De esta manera, se pueden dejar a un lado durante dos años, evitando así el riesgo de sofocar el compost. También se puede triturar las hojas gruesas y más resistentes de plátano, laurel, roble o haya. Esto evita sobrecargar el compost y acelera el proceso.

Otra opción es llevarlas a un punto de recogida de residuos verdes en la planta de reciclaje. Algunas municipalidades permiten el acceso gratuito a estos lugares presentando un comprobante de domicilio. Consulta en internet o en la alcaldía para conocer las direcciones cercanas a ti.

Finalmente, si deshacerte de ellas te resulta difícil, nada impide darles un uso creativo. Esto puede complacer a los amantes de las decoraciones otoñales y las actividades creativas con temas estacionales para hacer con los niños. Por ejemplo, puedes pintarlas, colocarlas sobre capas finas de arcilla y recortar la masa alrededor para crear un recipiente en forma de hoja según tu gusto. También puedes simplemente dejarlas secar para decorar tu mesa.