Riego: 3 sorprendentes consejos para obtener hermosas plantas.

Aunque el regreso a clases se acerca rápidamente, no debemos relegar el cuidado del jardín a un segundo plano, ya que aún requiere muchos cuidados para estar listo para el otoño e invierno. Si crees que conoces todos los trucos de jardinería para tener hermosas plantas tanto en interiores como en exteriores, quizás te sorprendan los que te ofrecemos a continuación, ¡que aprovechan el ritual del riego! Son realmente inusuales, pero también increíblemente efectivos. Sin duda, se sumarán a la miríada de técnicas que ya conoces.

  1. Aprovecha el agua de cocción ¿Sientes pesar cada vez que tiras el agua de cocción por el desagüe? ¡Te entendemos! Además, todos esos litros de agua se pueden reutilizar fácilmente en el jardín. Guarda el agua de cocinar pasta o el agua de cocción sazonada con sal para hacer un herbicida increíblemente efectivo (no lo viertas sobre las plantas que deseas conservar). Esto ahuyentará maravillosamente las pequeñas acumulaciones de musgo aquí y allá, así como las malas hierbas. Una vez enfriada, el agua de cocinar verduras o huevos duros será un excelente fertilizante natural para las plantas, siempre y cuando no hayas agregado otros ingredientes como la sal.
  2. Mezcla té y aspirina El tipo de té (negro, verde o aromatizado) no importa aquí. Lo que cuenta es la aportación de nutrientes de esta bebida que favorece el crecimiento de las plantas. Con él, las plantas obtienen nitrógeno, potasio, manganeso y ácido fosfórico. Si le agregas el ácido salicílico de la aspirina para fortalecer los mecanismos de defensa de las plantas, tendrás un maravilloso dúo para alimentar tus plantas. Solo necesitarás regar una vez al mes con un tazón de té añadiendo una pastilla de aspirina.
  3. Usa el vino tinto fuera de la mesa ¿Será que tu pequeña copa de vino tinto bio es excelente para algo más que acompañar tus platos? Parece que, de hecho, es una excelente manera de tener hojas bien verdes y plantas vigorosas. Para ello, nada más sencillo: añade una copa de vino al agua del cubo o la regadera y simplemente riega.