La calefacción mata a las plantas… ¡Aquí tienes cómo minimizar los daños!

En invierno, la calefacción hace que el aire sea más seco. Sin embargo, entre el calor que emana de los radiadores o el suelo radiante y la sequedad ambiental, las plantas de interior pueden dañarse rápidamente, e incluso morir en el caso de las más frágiles. Para preservar tu jungla interior sin sacrificar la comodidad, es necesario tomar medidas rápidas y encontrar compromisos para conciliar la calefacción con tus plantas de interior, especialmente asegurándote de mantener una humedad suficiente en las habitaciones que las albergan. Descubre cómo proteger tus plantas del efecto de la calefacción.

¿Cómo saber si la calefacción afecta a las plantas? Afortunadamente, las plantas son muy expresivas. Si las temperaturas o la humedad en el aire no les convienen, te harán saber rápidamente. Sin embargo, es importante darse cuenta y entender el lenguaje de las plantas. Recomendamos a los jardineros prestar especial atención al estado de salud de sus plantas verdes y a los cambios en su comportamiento. Entre los síntomas de alerta, se pueden observar hojas que se arrugan y se doblan sobre sí mismas. El follaje también puede volverse opaco y amarillento. Finalmente, se pueden notar puntas secas y marrones en el extremo de las hojas, signos de un exceso de calor.

Si observas estos signos o la salud de tus queridas plantas está en declive, no esperes más para seguir los consejos a continuación. Además, para las plantas que no toleran bien la falta de humedad o el calor (helechos, orquídeas, etc.), no esperes a que muestren signos de debilidad para tomar medidas.

¿Cómo proteger las plantas del efecto de la calefacción?

  1. Opta por plantas resistentes al calor Luminosidad, sustrato, necesidades de agua… Todas las plantas tienen requisitos que pueden variar considerablemente. Del mismo modo, algunas prefieren temperaturas más frescas, mientras que otras, a menudo originarias de climas tropicales o desérticos, prefieren interiores más cálidos. Para decorar tu hogar en invierno en habitaciones con calefacción, elige plantas resistentes al calor, especialmente si planeas cultivarlas sobre un radiador o cerca de él. Áloe vera, sansevieria, violeta africana, calathea, cactus, planta ZZ, clorofito… ¡Las opciones son muy variadas!
  2. No sobrecalientes tu hogar Para que una relación amorosa funcione, a veces es necesario hacer algunos compromisos. Así que, si amas a tus plantas y te preocupa su bienestar, evita aumentar demasiado la calefacción. No importa si no puedes pasear de una habitación a otra con una camiseta. Ponte unos buenos calcetines y un suéter abrigado, y utiliza la calefacción sin abusar demasiado. Además, ahorrarás dinero. Idealmente, la temperatura debería mantenerse entre 15 y 19 °C. Además, asegúrate de mantener una temperatura constante, evitando las variaciones bruscas que debilitan y estresan a las plantas (radiador muy caliente, corrientes de aire frío, etc.). Así te asegurarás de verlas sobrevivir hasta la llegada de la primavera.
  3. Protege las raíces de las plantas si tienes calefacción radiante El suelo radiante, muy apreciado en invierno, tiende a secar intensamente la tierra y dañar las raíces de las plantas. Para evitar que estén directamente expuestas al calor de tu suelo radiante, puedes optar por macetas colgantes. Además, el macramé aportará un toque decorativo adicional si eliges esta opción. De lo contrario, puedes colocar las macetas en muebles o estanterías para alejarlas de esta fuente de calor.
  4. Gestiona bien la ubicación de las macetas para alejarlas del calor A menudo, colocamos las plantas en el alféizar de la ventana en otoño-invierno para que reciban la máxima luz. Sin embargo, esta zona a menudo alberga un radiador, lo que complica las cosas. En este caso, agrega al menos una repisa gruesa encima para bloquear parte del calor y reducir los daños. Probablemente puedas fijarla directamente a la pared. También puedes usar un reflector de calor para evitar que el calor suba al reflejarlo.

Además, tus plantas podrán enfrentarse a este entorno seco y cálido siempre que elijas la ubicación adecuada. En primer lugar, establece una distancia de seguridad entre la planta y el radiador. Esta es difícil de estimar, ya que depende de varios factores (tipo de planta, región, temperatura de calefacción, potencia de la calefacción, etc.). En general, un metro de distancia será suficiente. Dado que el calor tiende a subir, también es preferible colocar las plantas a ambos lados de un radiador en lugar de encima. Ten en cuenta que todo esto también se aplica a la estufa y la chimenea. Finalmente, coloca tus plantas en grupo. De esta manera, crearán su propio microclima húmedo.

  1. Aporta humedad para salvar las plantas frente a la calefacción

No hay que confundir la humedad con el riego. Durante las estaciones frías, las plantas suelen entrar en estado de dormancia, por lo que generalmente es necesario reducir los riegos. Sin embargo, sigue siendo importante mantener un nivel de humedad adecuado. Para lograrlo, a menudo se utiliza un rociador de agua que permite pulverizar el follaje con una ligera neblina sin empaparlo. También se pueden colocar las plantas sobre un plato con bolas de arcilla, guijarros o grava, y llenar la parte superior de la superficie mineral con agua sin que esta sobrepase. Con el calor, esta agua se evaporará y creará un efecto humidificador.

Si esto no es suficiente, puedes invertir en un saturador de cerámica que se coloca sobre los radiadores o un humidificador ubicado cerca de las plantas. Esto aumentará la humedad en el aire de la habitación, contrarrestando así los efectos del sistema de calefacción sin esfuerzo.

  1. Últimos consejos para tener en cuenta… Independientemente de la fuente de calor (radiador, chimenea, etc.), se deben evitar los contactos directos entre las hojas y la fuente de calor, ya que esto podría provocar incendios. Además, no olvides añadir macetas decorativas para mantener la tierra fresca. Finalmente, recuerda quitar el polvo de las plantas regularmente para mantenerlas saludables, especialmente durante la temporada de otoño e invierno, cuando las plantas enfrentan mayores desafíos para sobrevivir.