En un momento en que la ecología está a la orden del día, tire los productos químicos al cubo de la basura y opte por un método mucho más natural y eficaz: ¡la propia naturaleza! No nos lo habríamos creído, ¿verdad?
1) Facilitar la fecundación y el desarrollo de tus frutos.
Los insectos polinizadores cambiarán tu vida. Transportan el polen de una flor a otra, facilitando la fecundación. Haz tu propia casa para insectos con un tronco, paja, ladrillos, tierra o ramas, o compra una en un centro de jardinería. Así, tu jardín será el hogar de abejas, mariposas, avispas, abejorros, etc.
2) ¡No más parásitos!
Si estás harto de que tus plantas sean devoradas por pequeñas plagas, las mariquitas te ayudarán a deshacerte de los pulgones. Para atraerlas, cultiva algunas ortigas y montones de hierba seca.
Las ranas y los lagartos se encargarán de los caracoles y las babosas. Para atraer a las ranas, disponga una zona húmeda y sombreada con algo de musgo, hojas y piedras grandes, idealmente un pequeño estanque. Para las lagartijas, basta con hacer un muro con pequeños agujeros para que puedan esconderse del gato.
El erizo devorará las grandes larvas blancas de su huerto. Para atraerlos, coloca montones de madera y hojas secas en tu huerto y añade unas cuantas manzanas y comida para gatos.
3) Fertilice su suelo.
Las lombrices excavan galerías y producen nutrientes y minerales esenciales para el desarrollo de las plantas. Evite todos los productos químicos, sobre todo los basados en sales metálicas, remueva la tierra con regularidad y riéguela al final del día para mantenerla húmeda.