Tiene potentes propiedades desinfectantes que lo hacen bactericida, virucida, fungicida e incluso esporicida. En resumen, puede destruir cualquier microorganismo. A pesar de ello, cada vez son más las personas que dejan de utilizarlo. Es peligroso para la salud y el medio ambiente, sobre todo si se utiliza incorrectamente. Además, es muy fácil de sustituir, sobre todo porque no contiene tensioactivos, lo que lo hace inútil para limpiar. Sin embargo, todavía hay algunos fans acérrimos de la lejía que la consideran una panacea y el mejor producto de limpieza, y que a veces la utilizan de forma peligrosa. Para estas personas, descubra lo que nunca debe “limpiar” con lejía.
Es bueno saberlo:
Cuando se trata de productos domésticos, hay muchas alternativas más ecológicas a la lejía, como el vinagre blanco, el jabón de Marsella o jabón negro y el bicarbonato sódico para limpiar, el zumo de limón y el percarbonato sódico para blanquear y el alcohol isopropílico para desinfectar. Esto es más que suficiente para limpiar y desinfectar todas las superficies de la casa. Al fin y al cabo, no vives en un hospital donde la bacteria más pequeña sería perjudicial. ¡Se acabaron las excusas para no hacer la transición!
¡Estas son las cosas que nunca debes limpiar con lejía!
1) Lino

Ya sea para ropa, paños o incluso manteles, muchas personas utilizan lejía para lavar. Sin embargo, este producto tiende a amarillear la ropa y dañar las prendas frágiles. Es mejor utilizar un blanqueador seguro, como el percarbonato sódico. Este producto es excelente para blanquear, eliminar manchas y devolver el brillo a la ropa manchada.
2) El aseo

Limpiar los baños con lejía es un clásico en muchos hogares. Sin embargo, este producto no tiene poder limpiador. Por lo tanto, simplemente blanqueará las manchas que luego volverán rápidamente con el tiempo. También debemos recordar que la taza del váter está cubierta de restos de orina. Cuando la orina se mezcla con la lejía, forma un gas tóxico. Por tanto, no sólo es peligroso para el planeta, sino también para tu salud. Como mínimo, acuérdate de dejar la lejía al sol durante dos días antes de echarla por el retrete para evitar cualquier riesgo.
3) Placas de inducción: no limpiar nunca con lejía

¿Estás buscando la mejor manera de estropear tus placas de inducción de forma rápida y sencilla? Pues la solución es muy sencilla: ¡limpiarlas con lejía! De hecho, están hechas de un material muy frágil que causará daños irreparables, así que lo mejor es utilizar vinagre blanco, piedra de arcilla o blanco Meudon.
4) Acero inoxidable

La lejía no es recomendable para el aluminio ni el acero inoxidable. Puede causar daños permanentes en sus fregaderos, utensilios y electrodomésticos. Se trata de materiales en los que el líquido puede ser especialmente corrosivo. Si piensa conservar su fregadero de acero inoxidable durante mucho tiempo, ¡evite este error!
5) En una sartén quemada

Cruzar el umbral de la cocina con un producto no apto para el consumo y peligroso para la salud no es en sí una buena idea, pero si lo utilizas de forma incorrecta, te expones a grandes riesgos. Como ya hemos explicado, la lejía tiene tendencia a corroer los metales. Por tanto, puede dañar tus utensilios. Es más, algunas personas incluso calientan o hierven la lejía en la misma sartén. Ahora bien, el calor desactiva la lejía, haciéndola simplemente inservible, pero también libera vapores altamente tóxicos peligrosos para las mucosas, los ojos y las vías respiratorias, y eso, incluso si ventilas el lugar. Una práctica que debería prohibirse para siempre.
6) Rejuntado de baldosas: no limpiar nunca con lejía

Es cierto que la lejía es muy eficaz para eliminar el moho y blanquear las juntas. Sin embargo, también provoca un gran desgaste, lo que daña la impermeabilidad de las juntas. Como consecuencia, tendrás que cambiarlas más a menudo y el moho reaparecerá con más facilidad. También funcionan muy bien los cristales de sosa o percarbonato en agua caliente, una mezcla de bicarbonato y agua oxigenada o limón con sal.
