Los tomates son lo primero que uno piensa en plantar. De hecho, este ingrediente básico se cocina literalmente en todas las salsas. No podemos imaginar una satisfacción mayor que cultivar nuestras variedades de tomate favoritas. Sin embargo, ¡normalmente queremos una cosecha abundante para poder disfrutar de ellos hasta saciarnos! Por eso no tardamos en reunir los mejores consejos para aumentar el crecimiento y el rendimiento. Además, no querrás acabar con frutos enfermos, agrios o insípidos. Para ello, ¡nada mejor que los abonos especialmente elegidos para los tomates! Aquí tienes 7 de ellos que debes deslizar bajo las plantas cuanto antes para dar un impulso extra a tu cosecha de tomates.Resumen1) Bicarbonato sódico, el abono natural para tomates poco conocido¿En ensaladas o salsas, sólo te gustan los tomates que saben bien y dulces? Entonces, ¡es absolutamente necesario espolvorear un poco de bicarbonato sódico en el hoyo antes de plantarlos! De hecho, este pequeño truco conocido por los jardineros más experimentados le ayudará a rectificar la acidez del suelo. Como resultado, los tomates crecerán tan dulces en la boca como nos gustan. Así que, en sí mismo, esto no es un refuerzo de nutrientes o fertilizantes para fomentar la fructificación, pero te permitirá obtener el sabor realmente bueno y dulce de estos frutos. Una prueba, si alguna vez hizo falta, de que este polvo tiene su lugar en nuestros espacios verdes… 2) Cáscaras de huevo para enterrar en el suelo
Créditos: congerdesign / PixabayNo es la primera vez que ensalzamos los beneficios de utilizar huevos en el jardín. Su cáscara es especialmente apreciada por los jardineros, que reconocen su alto contenido en calcio. Este nutriente es útil tanto para el crecimiento de las plantas como para nosotros, especialmente para los tomates. Así que no hay mejor manera de enriquecer su suelo. Cuando caves el hoyo, prepara algunas cáscaras de huevo para ponerlas dentro. También puedes esparcir algunas por los alrededores para que la cal se libere con el tiempo, el riego y la lluvia. Además, este abono orgánico mantiene alejadas a las babosas y otros glotones que puedan merodear alrededor de las tomateras.3) Posos de café, un gran abonoComo mantillo o dentro de la propia tierra, los posos de café actúan como un abono estimulante de liberación lenta para los tomates o el huerto. Por eso nos gusta utilizarlo en el momento de la siembra para mejorar el suelo y favorecer el crecimiento y el desarrollo de las tomateras.4) La sal de Epsom, otro abono para tomates poco conocido
Créditos: Chemicalinterest / Wikimedia CommonsMuy apreciado para amarillear el césped y los rosales, también es muy útil en el jardín para el crecimiento sano y fuerte de pimientos y tomates. De hecho, su riqueza en magnesio aliviará las carencias minerales de estos últimos cuando los plantes. Primero, pon un poco en el fondo del hoyo (en este caso, sólo 1 o 2 cucharadas), cúbrelo con una fina capa de tierra y luego planta las raíces. Así evitarás que entren en contacto directo con el sulfato de magnesio. 5) Aspirina para alejar las enfermedades de los tomates¿De qué sirve cultivar unos tomates bonitos y sabrosos si los arruina el moho (que ya está devastando las patatas) y todas las demás enfermedades comunes a esta fruta? Afortunadamente, el ácido salicílico contenido en la aspirina puede ser de gran ayuda. De hecho, estimula las defensas inmunitarias de las plantas y preserva su salud de forma muy eficaz. Para proteger tus tomates, rocía las plantas con una solución de aspirina dos o tres veces al mes. Se prepara con aproximadamente 250-500 mg de aspirina por cada 4,5 litros de agua. Este tratamiento preventivo que las hace más resistentes también tiene efectos curativos que las plantas necesitan, ¡así que no te prives de él! Y como las enfermedades del jardín pueden ser un serio quebradero de cabeza, tus pastillas matarán dos pájaros de un tiro… 6) Cabezas de pescado, el abono olvidado de la abuela
Créditos: Pixabay/Greekfood-TamystikaNuestras abuelas y abuelos siempre han sabido los mejores trucos. Pero cuando se trata de tomates, ¡un desecho de la cocina lo cambia todo! En efecto, las cabezas de pescado se descomponen, liberando minerales y oligoelementos que las plantas adoran. Por ejemplo, los elementos fertilizantes más importantes son el nitrógeno, el calcio, el fósforo y el potasio. El único problema es que los mechones en descomposición pueden atraer a los depredadores y a todos los gatos del vecindario… Por eso, es mejor enterrarlos enteros y a gran profundidad (al menos 30 cm) para evitar este problema. Alternativamente, haz tu propio abono remojando las sobras en 250 ml de agua y 250 ml de leche. Si tus tomates no crecen muy rápido con este abono líquido rico en nitrógeno, ¡te quedarás sin palabras! 7) Harina de huesos o algas como abono para unos tomates bonitosLa harina de huesos es una de las mejores formas de conseguir unos tomates bonitos y de calidad. Gracias a su contenido en fósforo, este polvo favorece el crecimiento de los frutos. Basta con echar 150-250 g en el hoyo antes de plantar… ¡y listo! En cuanto a la harina de algas, es un poco de lo mismo. De hecho, es una miniera de microelementos y micronutrientes con la que tus tomates sueñan con crecer mejor y más rápido. Además, es un abono de liberación lenta para los tomates. Así los disfrutan durante más tiempo, sin excesos. Para conseguir el efecto deseado, espolvoree 250 g de harina en el hoyo de plantación.