Cuidar de una planta verde no siempre es fácil. Es un organismo vivo en sí mismo, con sus propias necesidades que no siempre son fáciles de precisar. Por eso, no es raro que los jardineros cometan errores en el cuidado de las plantas, tanto de interior como de exterior. Afortunadamente, entre el momento en que las “adoptamos” y el de su muerte, nuestras plantas nos envían toda una serie de señales que, si sabemos interpretar correctamente, pueden permitirnos salvarlas de un destino desastroso. Demasiada agua, falta de luz, fertilización inadecuada… Aprenda a leer el lenguaje de las flores, los arbustos y otras plantas con este memorándum muy apreciado tanto por los jardineros aficionados como por los experimentados.
Estos consejos serán tan útiles para las plantas de interior y las jardineras como para plantar en el jardín o el huerto.
1) Cuando falta luz
Señales a tener en cuenta:
-La planta crece y florece muy lentamente, si es que lo hace.
No surgen nuevos brotes.
-Las hojas nuevas son más pequeñas y ligeras que las viejas, que empiezan a amarillear.
-Los tallos se alargan y adelgazan.
Plan de ataque:
Si observa alguno de estos síntomas de marchitamiento, exponga la planta a más luz en cuanto detecte los primeros signos. Una temperatura ambiente ligeramente más baja (en torno a 3 °C) y un riego y abonado menos frecuentes deberían permitir que la planta se recupere por completo.
2) Síntomas del exceso de luz en las plantas
Señales a tener en cuenta:
-El follaje se vuelve pálido y menos verde brillante
-Las hojas se cubren cada vez más de manchas marrones y secas, sobre todo las más expuestas a la luz solar.
Plan de ataque:
Aleje la planta de su fuente de luz o instale una cortina translúcida para protegerla de la exposición directa. Si es necesario, retire las hojas más dañadas.
3) Señales de falta de agua enviadas por las plantas
Señales a tener en cuenta:
-El follaje es blando y crece muy lentamente.
-Además, los bordes de las hojas empiezan a ponerse amarillos y pueden empezar a caerse.
Aunque la superficie del suelo parezca húmeda O pálida, seca y dura, un vistazo en profundidad revela que el suelo está muy seco.
Plan de ataque:
Cuando una planta tiene sed, es evidente que hay que regarla, pero no de cualquier manera. Un simple riego superficial puede no ser suficiente y no ser absorbido correctamente. La mejor técnica consiste en sumergir la maceta en un recipiente con agua y sacarla en cuanto se formen burbujas de aire. A continuación, deje escurrir la maceta tranquilamente. La próxima vez, riegue como de costumbre.
4) Detectar el exceso de agua o un drenaje deficiente
Señales a tener en cuenta:
-Las hojas están blandas y las más viejas tienen manchas marrones en las puntas.
-Las hojas nuevas y viejas también pueden volverse amarillas y caerse.
-Las raíces también se vuelven esponjosas y marrones. Incluso pueden empezar a pudrirse.
Por último, la planta evoluciona muy lentamente.
Plan de ataque:
Vacía los platillos después de cada riego para eliminar el agua estancada y añade papel de periódico para absorber el exceso de humedad. A continuación, puede cambiar el periódico según sea necesario. Espere a que la tierra se seque antes de regar. Puedes espaciar los riegos todo lo que quieras, porque tu planta está a punto de ahogarse, lo que podría acabar por asfixiarla por completo.
Consejo extra: si es posible, añade bolas de arcilla o huesos de cereza al fondo de la maceta cuando trasplantes.
5) Diagnosticar el golpe de calor en sus plantas
Señales a tener en cuenta:
-Los tallos se alargan y adelgazan
-Los tallos más viejos también pueden marchitarse y caerse.
-Las hojas se vuelven marrones y se caen.
Plan de ataque:
Si no puedes bajar la temperatura de la habitación (bajando un poco la calefacción en invierno, por ejemplo), al menos aleja la planta de la fuente de calor en cuestión, ya sea el sol, un radiador o una chimenea. Además, retira las hojas que estén demasiado dañadas para evitar que se desarrollen enfermedades.
6) Diagnóstico de una ola de frío en las plantas
Señales a tener en cuenta:
Tras un cambio brusco de temperatura, el follaje se vuelve amarillo y cae o se cubre de manchas blancas.
Plan de ataque:
Por lo general, las plantas de interior no toleran temperaturas inferiores a 10 °C. Así que, aunque estén protegidas en el interior, puede que esto no sea suficiente para evitar que se resfríen. Asegúrate de elegir la habitación adecuada para ellas y vigílalas de cerca cuando las traslades. Si se