El invierno es una estación muy dura para las plantas de exterior, ya que luchan contra los elementos en el jardín. Lluvia, nieve, viento, exceso de humedad… nada se libra durante el invierno, ¡por eso tienen pocas posibilidades de sobrevivir si no están adaptadas al clima! Sin embargo, nuestras plantas de interior también pueden sufrir. Con la calefacción secando el aire, el ambiente frío y la falta de luz, a menos que se trate de un cactus de Navidad, las plantas verdes de tu casa sufren mucho durante el largo periodo invernal. Para prolongar su belleza y hacerles la vida más dulce hasta la próxima primavera, descubre los errores que no debes cometer con tus plantas de interior en invierno.
(Por supuesto, la mayoría de estos consejos son válidos durante todo el año para ayudar a las plantas a desarrollarse. Sin embargo, es en invierno cuando estas trampas harán más daño a tus plantas, ya de por sí débiles. Así que ten cuidado de no ponerlas en peligro. )
Error 1: No desempolvar las plantas en invierno

En invierno, la luz escasea. ¡Así que ahora no es el momento de lucir un follaje cubierto de polvo que impide la vitalidad de las plantas y el proceso de fotosíntesis que es vital para ellas! Para evitar que sus hermosas hojas verdes se debiliten, recuerde empolvarlas con más regularidad. Existen varias técnicas eficaces para quitar el polvo. Una vez al mes, por ejemplo, puede utilizar un algodón empapado en cerveza para espolvorear y abrillantar las hojas, protegiéndolas de las plagas de insectos dañinos que podrían atacarlas (pulgones, arañas rojas, cochinillas…). El resto del tiempo, bastará con un paño suave o un plumero.
Error 2: La temperatura de la casa varía demasiado

El frío y el calor constantes pueden debilitar las plantas que ya están sufriendo. Por eso es mejor evitar el sobrecalentamiento de la casa en esta época y mantener una temperatura constante en la medida de lo posible. Ten en cuenta también la presencia de una chimenea y un radiador no muy lejos o una ventana fría no muy lejana. Además, la calefacción cercana reseca el aire y puede dañar las plantas más sensibles (como las exóticas). Si es posible, manténgalas alejadas de toda fuente de calor y en una habitación donde la temperatura varíe menos (como el dormitorio o el despacho, en lugar de la cocina o el salón) para mantenerlas sanas. Para neutralizar los efectos desecantes de la calefacción y mantener un nivel suficiente de humedad, pulverice el follaje con más frecuencia.
Error 3: Regar demasiado las plantas en invierno

En invierno, no es posible mantener el mismo ritmo de riego que en verano. Esto se debe a que muchas plantas entran en letargo en invierno. Además, la tierra de las macetas tarda más en secarse, por lo que corres el riesgo de ahogar tu planta verde. Para evitar que la tierra se pudra y aparezcan enfermedades, limite la cantidad de agua que le da a su planta de interior y riéguela sólo cuando sea necesario. Para ello, espera al menos hasta que la capa superior de la tierra esté completamente seca. Aquí te hemos dado todos los consejos para saber si una planta necesita agua. Puedes utilizar estos consejos como referencia para evitar regar en exceso en invierno.
Error 4: Elegir un lugar inadecuado para las plantas en invierno

Algunas plantas son más frágiles y no les gusta estar cerca de una ventana mal aislada que deje pasar el frío, o en un vestíbulo o pasillo donde las variaciones de temperatura sean muy marcadas. Hay riesgo de corrientes de aire durante todo el invierno con la gente que entra y sale. Además, elige bien tus plantas en función de tus habitaciones. Colóquelas según sus necesidades de luz y sensibilidad y evite tener sus plantas favoritas en lugares inadecuados.
Además, la mayor parte del tiempo durante su crecimiento, las plantas necesitan luz sin sol directo. Por eso, en invierno (cuando la exposición al sol es más variable, corta e inconstante), colócalas hacia una ventana grande, un mirador o un jardín de invierno que cumpla este criterio para maximizar el aporte de luz vital.
Error 5: Utilizar agua de baja calidad

Como ya hemos explicado, el invierno es una estación dura para las plantas. Por tanto, no es el momento de optar por un suministro de agua mal planificado. Además de reducir o espaciar las cantidades, conviene optar por un agua de mejor calidad. El agua del grifo, que suele ser demasiado dura, puede hacer más daño a una planta debilitada por los estragos del invierno. Un jardinero bien informado utilizará agua mineral para regar las plantas que la aprecian y agua desmineralizada para las demás.
Amigos jardineros, vuestras plantas están un poco deterioradas.