Orquídea enferma: el truco del jarabe de “agua y azúcar” para salvarla rápidamente | Coste 0

¿Cuida de sus orquídeas todos los días y no quiere que enfermen? Para no enfrentarse a orquídeas enfermas, necesita entender cómo cultivarlas y alimentarlas de forma natural..

Las orquídeas son plantas exóticas muy populares por sus hermosas flores. Lo más esencial a la hora de cultivar orquídeas es conocer el hábitat en el que crece la planta para recrear al máximo estas condiciones naturales.

Orquídeas: ¿cómo viven?

Cada variedad de orquídea tiene ciclos de crecimiento específicos. El periodo de crecimiento es cuando la planta produce nuevos brotes y raíces. Esto es fácil de detectar porque las puntas de las raíces se vuelven más claras.

Las orquídeas pueden vivir en una amplia gama de hábitats naturales, desde bosques tropicales a miles de metros sobre el nivel del mar hasta los climas muy secos de las zonas áridas.

Las orquídeas pueden ser silvestres o híbridas. En general, se pueden cultivar orquídeas silvestres al aire libre, siempre que las condiciones climáticas sean adecuadas. En cuanto a las híbridas, casi siempre requieren invernaderos.

Orquídea enferma: ¿qué hacer?

No es raro ver orquídeas a menudo afectadas por insectos en particular coccidios. Aparecen en forma de manchas negras en las hojas y los bulbos. Inmóviles, son muy fáciles de eliminar con la mano.

Los caracoles también figuran entre las plagas que pueden dañar sus orquídeas. Estas plagas de jardín pueden causar diversos daños en poco tiempo.

Para combatir estos insectos y bichos dañinos, puede utilizar una serie de trucos como trozos de cáscara de huevo en tarros, trampas a base de cerveza o incluso el uso de pesticidas químicos que son ciertamente eficaces pero altamente contaminantes y perjudiciales para la salud.

Si quiere optar por los métodos naturales, sencillos y eficaces, utilice el truco del azúcar combinado con miel que forma una solución tonificante para fortalecer su orquídea enferma.

Para hacer este sirope, pon dos cucharadas de azúcar y una de miel en un bol pequeño.

Añadir agua caliente y mezclar bien. Verter en la solución el zumo de medio limón.

A continuación, moja un paño limpio en la mezcla y pásalo por las hojas.

Para saber si tu truco ha sido un éxito, debes comprobar si las raíces están sanas, si las hojas están verdes y la aparición de nuevos brotes.