Después de pelar las patatas, a menudo tiras su piel porque piensas que ya no es reciclable. Y ahí te equivocas completamente porque la piel de la patata se puede utilizar de muchas maneras.
De hecho, las pieles de patata son útiles para cuidar tu cuerpo. De hecho, las patatas son uno de los antiguos remedios populares para combatir los callos en los pies. Pueden ofrecerte resultados fantásticos, mejores que los cosméticos convencionales.
Basta con una patata y su piel para que tus pies estén suaves.
Callos en los pies: un problema antiestético, sobre todo en verano

Durante el verano, los callos son embarazosos, dolorosos y, sobre todo, antiestéticos. Muchas personas incluso evitan llevar zapatos abiertos para ocultar el feo aspecto y la piel seca de sus pies. A esto se añaden los talones agrietados, que dan la impresión de que se descuida el cuidado de los pies.
¿Sabías que existen sorprendentes maneras de tener unos pies bonitos sin gastar un solo céntimo? Basta con tratarlos directamente en casa utilizando sólo una patata y listo.
Patatas para los talones secos y agrietados
Para cuidar los talones secos, estropeados y agrietados, muchos confían en el vinagre de sidra de manzana. Otros prefieren la sal o el bicarbonato de sodio para exfoliar los pies. Por supuesto, todos estos productos son increíblemente eficaces para combatir los callos.
Sin embargo, si no te gustan estos productos o no los tienes en el armario, la otra opción más práctica es utilizar patatas. Es la receta favorita de nuestras abuelas cuando entonces no había esteticistas.
¿Cómo se usa la patata o la cáscara de patata en los pies?
Puedes utilizar patatas tanto cocidas como crudas para aliviar la piel de los pies. Para ello, coge una patata, córtala por la mitad o quítale la piel.
A continuación, espolvorea la mitad de sal gorda y frótala directamente en las plantas de los pies con movimientos circulares. Lávate los pies con agua tibia y, por último, aplícate una loción para hidratarlos aún más.
Como alternativa, puede herir las patatas evitando poner sal en el agua. Cuando estén cocidas, machácalas directamente en el agua de cocción. A continuación, sumerge los pies en el agua durante 10 o 15 minutos. Aclarar con agua tibia y aplicar una crema hidratante.
Hazlo por la noche y ponte calcetines de algodón para mantener los pies suaves toda la noche.